Las familias que habitan en predios del Cerro Miraflores en Gigante se reunieron para reanudar la defensa de la zona, que quiere ser explorada por compañías petroleras, lo que según los campesinos pone en peligro la riqueza natural de esa región.
La mayoría de labriegos son de la vereda El Piñal y Cascajal, quienes en un almuerzo comunitario ilustraron a la comunidad sobre los efectos que ha causado el hecho de que el Gobierno Nacional le haya entregado a la Multinacional Emerald Energy la licencia ambiental.
Los agricultores escucharon los planteamientos en el sentido de impedir que se entre con maquinaria especializada destinada a la perforación en el sector de Iskana, que está ubicada en la zona de la vereda La Estación y La Umbría que son estribaciones del Cerro Páramo Miraflores.
Sixto Alfonso Osorio Cuenca, presidente del Comité Multisectorial de Silvania, Zuluaga y veredas cercanas, expresó los objetivos que tienen. “Aquí nos toca volver a retomar el hilo de lo que hemos venido defendiendo hace varios años y que el gobierno nos escuche, pues no podemos permitir que nos invadan con daños tan graves para más de 2.000 personas que habitamos todo el contorno de la zona cafetera, hoy de explotación petrolera en cercanías al Páramo Miraflores”, indicó.
El acompañamiento de la comunidad fue esencial para los objetivos que se han trazado en la zona, al igual que el del párroco de la comunidad de Aránzazu en Gigante, Pedronel Macías Imbachí, quien formuló el llamado para que la comunidad respalde este tipo de actos que lo único que buscan según él “es la defensa de la naturaleza productiva, el medio ambiente, las cuencas hidrográfica y todo el contexto productivo de la parte alta de Gigante y Garzón, que la están acabando a punta de hidrocarburos y la falta de oportunidades para la gente”.