La Secretaría de Salud del Huila lanzará mañana viernes una jornada regional contra el dengue, que se ha venido acrecentando. El “Día D”, como se denomina la campaña está orientada a concientizar a la comunidad sobre los peligros y acciones para mitigarlo. Sin la participación ciudadana, contener la enfermedad será imposible. Pese a las inversiones billonarias en nuevos centros carcelarios y penitenciarios, las imágenes de nuestros penales colombianos no distan mucho de la que hemos conocido durante las recientes décadas: miles de presos hacinados, durmiendo en los corredores, armando colchones en cualquier hueco, colgando hamacas para usar incluso el espacio aéreo, todo ello con el consiguiente riesgo de proliferación de enfermedades, promiscuidad sexual y manejo arbitrario de bandas delincuenciales internas. Desde el pasado gobierno se hicieron exultantes anuncios acerca del mejoramiento de las condiciones de los centros de reclusión, se otorgaron jugosos contratos para construir supuestas mega-cárceles, se plantearon numerosos proyectos de dignificación de las condiciones para los internos en espera de juicios y para aquellos ya condenados y se dijo, una y otra vez, que la Seguridad Democrática tendría como evidente resultado la disminución de la criminalidad y, de contera, menos presos. Poco o nada de ello ocurrió; al contrario, la alta criminalidad se manifiesta sin duda en el número de personas que se hacinan cada vez más hoy en los distintos penales. Y por estos lados, por supuesto, las cosas tienen el mismo panorama: el penal de Neiva, con una capacidad de 978 personas, acoge hoy a 1.776 reclusos, es decir casi el cien por ciento de exceso; el de Garzón fue hecho para 276 personas y va en 423; y en Pitalito, de 690 cupos, se supera la capacidad a 750 presos. Ante esta crónica situación, volvemos a la eterna discusión de qué hacer tanto para bajar la criminalidad como para evitar el hacinamiento y mejorar las condiciones de reclusión. La ministra de Justicia, Ruth Stella Correa, como todo funcionario que comienza, se ha emocionado diciendo que hay que revisar las condenas para ciertos delitos, considerando además que incluso las Unidades de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía registran altos índices de hacinamiento; el Inpec, por su lado, ha anunciado que enviará a un grupo de presos a las Unidades Permanentes de Justicia, (UPJ) que fueron hechas para infractores de normas de convivencia, con el fin de que allí vayan aquellos que esperan condenas menores, las cuales serían pagadas en sus hogares o en libertad condicional. Y mientras todo ello ocurre, el país sigue viendo sin discusión que, al igual que ocurre en tantos otros fenómenos y asuntos nacionales, en Colombia los presos están estratificados: en tanto la gran mayoría de reclusos deben soportar estas deprimentes condiciones, otros pocos privilegiados civiles gozan de detención en unidades militares, escuelas de policía, casas fiscales adecuadas para ellos o sus mismas ostentosas residencias y apartamentos. Y eso ocurre porque sigue vigente un discriminatorio Código Penitenciario y Carcelario que prevé este tipo de distinciones, abiertamente inconstitucionales pero elaborado justamente por quienes se han convertido, paulatinamente, en objeto de su aplicación, es decir decenas de congresistas que han ido a las cárceles. Por supuesto ninguno de ellos ha debido soportar las horribles condiciones de insalubridad, hacinamiento y suciedad que sí afrontan el resto de los ciudadanos caídos en desgracia. DESTACADO “En Colombia los presos están estratificados: en tanto la gran mayoría de reclusos deben soportar estas deprimentes condiciones…” EDITORIALITO La Secretaría de Salud del Huila lanzará mañana viernes una jornada regional contra el dengue, que se ha venido acrecentando. El “Día D”, como se denomina la campaña está orientada a concientizar a la comunidad sobre los peligros y acciones para mitigarlo. Sin la participación ciudadana, contener la enfermedad será imposible.