Le salió muy mal al Gobierno de Gustavo Petro la implementación del nuevo modelo de salud para los maestros del país desde el pasado primero de mayo. La propia Superintendencia de Salud reconoció la semana anterior la existencia de más de 2.000 quejas relacionadas con dificultades en la prestación de atención médica para los educadores a lo largo y ancho de la geografía colombiana en apenas 20 días. Eso es una vergüenza.
Evidentemente, el Gobierno de Petro está ante un enorme problema. No solo puso en riesgo la salud de miles de maestros, sino que ahora deberá responder no solo política sino fiscal y disciplinariamente.
Todo apunta a que hubo improvisación en el cambio de un modelo de salud, que según las palabras del ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, era la prueba piloto de la implementación del nuevo sistema de salud que pretende el Gobierno Petro para todos los colombianos.
Más allá de cualquier posición ideológica o política, la improvisación no se puede avalar, consentir, tolerar o dejar pasar cuando hay vidas de por medio.
Con toda razón, desde el Congreso, la Procuraduría, la Contraloría, algunas filiales de Fecode, veedores de salud y los propios maestros le están exigiendo al Gobierno Petro atender a los docentes y sus beneficiarios que han reportado deficiencias en la atención y dificultades en el acceso a medicamentos y a procedimientos de distinta índole.
Existe evidencia de que el Gobierno Petro fue indagado en abril sobre cómo pensaba garantizar la atención médica a los docentes si no había firmado los contratos con los prestadores del servicio. Era obvio que ningún prestador iba a atender sin una garantía de pago.
Como si fuera poco, el Fondo de Prestaciones Sociales del Magisterio, Fomag, expidió -el pasado 16 de mayo- la circular 002 autorizando a todas las IPS públicas, privadas y mixtas del país, a prestar los servicios de salud y/o tecnologías que sean requeridos por los usuarios, lo que abre un boquete enorme para que miles de millones de pesos queden en riesgo.
Es urgente que, de manera responsable y transparente, el Gobierno Petro solucione el caos que él mismo creó.