Doctor Marín, entiendo que deben pagarle una millonada- quizás incalculable- por defender a Fidel Borrero, el hombre señalado por la justicia, presuntamente, de estar detrás de la desaparición de la agente inmobiliaria Kelly Johana Plazas.
Tengo claro que su profesión de abogado lo lleva a defender a Dios y quizás al diablo, pero póngase la mano en el corazón y piense en las víctimas: en tres jovencitas- una de ellas menor de edad- y una más que vive en Estados Unidos, las hijas de Kelly, desaparecida desde hace 140 días porque se la tragó la tierra en Rivera, Huila. O porque el hombre que usted defiende, presuntamente, la desapareció.
No le estoy pidiendo que no defienda a Borrero, pero al menos, hágale ‘cantar’ qué pasó con su exesposa. Él- estoy casi seguro, como la Fiscalía y la familia de la desaparecida- sabe con exactitud el paradero de la mujer. No sé si usted se ha entrevistado con las hijas. Oírlas desgarra el alma. Valentina Ramírez, que vive en Estados Unidos, me dice que la familia adelantó su propia investigación. Y junto con la justicia han logrado recoger varias pruebas (rastreo de llamadas, ubicación de teléfonos celulares, entre otras) que les permite concluir que Fidel Borrero habría cristalizado lo que, al parecer, quiso desde hace buen tiempo: desaparecer a su expareja.
Habla de violencia intrafamiliar desde cuando Fidel vivía con Kelly, los momentos en que él, como un psicópata, rayaba las paredes de la casa con su nombre y las ocasiones en que, llevado por los celos y la ira, sacaba de su vivienda a su madre y a ella- su hijastra- a la calle. Usted, doctor Marín, sabe que la pareja está legalmente separada hace 10 años aproximadamente, pero no sé si tiene claro que él que la seguía persiguiendo y acosando verbalmente, según Valentina Ramírez.
Entiendo que es legal defender a bandidos, incluso, a matones que posan de caballeros en una sociedad que en Neiva no existe y que se refugia en sus apellidos. Pero le pido que más allá de la millonada que le vayan a pagar, logre extraerle a Fidel qué pasó con su exesposa. Y si no lo sabe- que lo dudo- que entregue pistas de qué pudo ocurrirle.
La justicia ya tiene suficientes pruebas y, por eso, Borrero está preso y uno de los implicados huye de las autoridades. No es justo, doctor Marín, que tres mujeres jóvenes estén desesperadas por noticias de su madre y que una familia entera quiera saber si Kelly está viva o muerta. Y si es lo segundo, dónde está su cuerpo. No lo conozco, pero me hablan bien de usted. Sé que tiene esposa, hijas y otras mujeres (hermanas, sobrinas) que le rodean.
Por eso, cada vez que las mire recuerde que hay otras más vulnerables que no duermen queriendo noticias de su madre y viendo cómo su padre, al menos hasta hoy, es desgraciadamente, el principal sospechoso. Ayude a buscar la verdad, más allá de defender a Borrero. Recuerde que en la tierra ganará dinero hasta por querer hacerlo pasar por enfermo mental. Pero la justicia divina le podría pasar algún día su cuenta de cobro. En sus manos, en parte, está que se conozca dónde está Kelly. ¿Puede ayudarnos?
Por cierto, le pregunto a Valentina Ramírez cuál cree que sea la suerte de su madre. “Al comienzo guardaba la esperanza que estuviera viva, hoy ya no sé”, respondió.
