Levantado el paro
Señora directora:
Qué pena con los agricultores, creo que su buena fe y buen proceder nuevamente fue asaltado por los politiqueros oportunistas y arrodillados al gobierno pésimo que tenemos. Claro, hago una salvedad, no incluyo en mi comentario al gobernador del Huila, por quien no voté, pero perfila una imagen de hombre serio, responsable y mesurado; los otros creo que solo respondieron al clamor de un gobierno desprestigiado, levantar la protesta con base en promesas. Los pésimos congresistas que tenemos solo les interesa reelegirse, ya los veo en los próximos días diciendo hicimos un buen trabajo, levantamos el paro, y después con cualquier disculpa le darán la vuelta a lo acordado, eso lo han hecho toda la vida. Ellos los políticos con los que negociaron los campesinos, son los responsables del descalabro social y agrario que vive Colombia, ellos no nos representan, solo representan sus intereses, al pueblo ingenuo solo nos utilizan, y después nos ignoran, como a un trapo viejo. ¿El problema estructural del agro colombiano se resolvió? No, eso ni se tocó, el meollo del asunto agrario en Colombia es el modelo económico, avalado y aprobado por los congresistas, donde los pequeños sectores de la productividad están condenados a desaparecer, por los oligopólicos trasnacionales, a los que ni impuestos les cobran, para ellos hay excepciones tributarias. Qué pena con los campesinos de nuevo los engañaron.
Divier Alexander López Avilés
‘Desenmascaremos los encapuchados’
Señora directora:
Ya nos cansamos que unos veinte encapuchados hagan lo que les dé la gana en nuestra Universidad Surcolombiana, perjudicando a más de 6.000 jóvenes decentes y buenos estudiantes. Los padres de familia no podemos seguir alcahueteando que unos encapuchados hagan lo que saben hacer siempre, “destruir e incendiar” lo que tanto nos cuesta a los que pagamos impuestos. Los encapuchados de la Usco son jóvenes que llevan 6, 7 y hasta ocho años y nada que terminan la carrera pues solo les interesa volverse viejos en la Universidad para acabar con todo y graduarse como delincuentes. Ojalá la autoridad los capture y los muestre por prensa y televisión para saber quiénes son los "angelitos de la violencia".
Zoilo Cháux
Revelan rostros de vándalos en la Usco
Señora directora:
La policía debería de dar una recompensa más llamativa (de cinco a 20 millones de pesos) para que los estudiantes que conocen quiénes son los que organizan y participan en estos actos vandálicos los denuncien y de esta manera prevenir que se presenten estos desmanes que destruyen y saquean la Universidad del pueblo.
Hernán Vivas
Enfrentamientos en paro
Señora directora:
Los pobres matándose con los pobres: ya se sabe que dentro de la policía hay personas humildes, y de bajos recursos, pues ellos mismos no tienen la culpa, reciben órdenes de un inepto gobierno que le quedó grade solucionar este problema, entonces “la solución” es agredir a los campesinos.
Javier Hernández
Colombia a un paso del Mundial
Señora directora:
Felicitaciones al profesor Rueda, quien con su pasmosa tranquilidad casi nos derrota. La selección tiene que mejorar en lo esencial, si quiere pasar la primera fase en el Mundial. No podemos confiar en las acrobacias de Cuadrado o la emotividad de Jackson. Nuestra gran debilidad es que nos englobamos ante cualquier triunfo y nos derrumbamos ante el menor obstáculo. Estamos lejos de ser protagonistas en el Mundial, a no ser que aprendan rápido la lección. Bueno el baile de celebración, pero eso es pura emoción de principiantes. ¿Qué bailaremos cuando nos derroten?
Gerardo Rivera Barreiro
Mejorar educación
Señora directora:
Los colegios agropecuarios podemos reiniciar una cultura agraria con dignidad, que por negligencias y politiquerías del Ministerio y de las obsoletas Secretarías territoriales se han abandonado al destino del desatino de la calidad educativa uribista. Llenar salones, solo cobertura, qué tristeza para la educación del campesino, que en últimas, son los pocos que aportan después de salir de las aulas de clase con títulos de bachilleres agropecuarios.
Roberto Germán Oñate