En la mitad de la jornada laboral, el albañil Roque Mayorga recurre al Hospital Universitario de Neiva por la grave herida que le ocasionó el inodoro que se deslizó de sus manos mientras lo subía para ser instalado en la casa que construye en el barrio Primero de Mayo de Neiva. LA NACIÓN, NEIVA En la mitad de la jornada laboral, el albañil Roque Mayorga recurre al Hospital Universitario de Neiva por la grave herida que le ocasionó el inodoro que se deslizó de sus manos mientras lo subía para ser instalado en la casa que construye en el barrio Primero de Mayo de Neiva. Su brazo izquierdo salió afectado con una herida que le hizo perder mucha sangre. Y es que el trabajo de albañil está rodeado de cincel, alicates, martillos, entre otros implementos acompañados de la humedad, que hacen propicio los accidentes laborales. Sus compañeros al escuchar el golpe y los gritos de dolor de Mayorga, acudieron para auxiliarlo, atajándole la sangre con un trapo rojo y presionando a su vez con una toalla pequeña blanca. El cuerpo médico, al percatarse del herido que caminaba hacia las instalaciones del Hospital, acudió a su pronta atención. Familiares y amigos estuvieron pendientes de la salud de Roque, quien actualmente se recupera en el calor de su hogar. 
La herida que le ocasionó el inodoro en el momento que cayó de sus brazos tuvo la atención oportuna del cuerpo médico. Foto Oscar Roldán
