Deben las autoridades actuar con rigor y celeridad frente a las graves denuncias de violencia de género hechas por la gestora Social del municipio de Palestina, Huila, Claudia Patricia Reyes Hoyos, contra su esposo, el alcalde Juan Diego Pineda Rodríguez.
Lo denunciado por la señora Reyes Hoyos es delicado. Ella ha contado, entre otras cosas, que a comienzos de este año empezó a ser víctima de maltrato verbal, con palabras soeces y despectivas por parte del mandatario, a quien no denunciaba por temor. Estando embarazada, según ella, el alcalde Pineda le decía que se fuera y luego la abrazaba, mientras le aseguraba que todo iba a estar bien y en público se refería a ella con amor.
En mayo pasado, según denunció la gestora Social de Palestina, fue objeto de agresión física y, adicionalmente, estando en la cama la empujó con sus pies para tirarla al piso. “Ella se sienta en el borde de la cama, le pregunta qué le pasa y le dice que eso no puede seguir así. Unas horas después le iniciaron los cólicos, a la media hora los dolores fueron más fuertes y empezó a sangrar; le pidió ayuda y no se la prestó”.
La Gestora Social de Palestina también denunció que el pasado 8 de julio, el alcalde Pineda intentó asfixiarla, en un hecho en el que también resultaron agredidos, de acuerdo con ella, su progenitora, de 58 años de edad, y su hijo, de 18.
Estos y otros detalles denunciados por la señora Reyes Hoyos son conocidos por la Fiscalía General de la Nación desde el pasado 11 de septiembre, cuando interpuso contra el alcalde Pineda en Pitalito una denuncia por el delito de violencia intrafamiliar.
Sin importar el poder del alcalde Juan Diego Pineda y sus ‘padrinos políticos’ en el Huila, apremia que la justicia investigue y tome las primeras decisiones en este caso, poniendo siempre por delante el respeto a la dignidad de la víctima.