La Nación
COLUMNISTAS

Ciclos del liberalismo. parte I

El liberalismo surgió como respuesta a las monarquías absolutas  europeas, hacia finales del siglo XVIII; en lo político dicha expresión incorpora  conceptos de libertad, tolerancia, libre-pensamiento, etc.; sus ideas económicas fueron adaptadas por los padres de la economía, los economistas clásicos, quienes minimizaban la acción del Estado para dar paso a la iniciativa privada; el liberalismo económico predominó durante el siglo XIX y comienzos del siglo XX, pero la gran crisis de 1929 estuvo a punto de derrumbar el sistema capitalista; los gobiernos, liderados por E.U cambiaron la ortodoxia liberal por una política intervencionista para evitar el colapso. Se aplicaron las doctrinas de John Keynes sobre gastos e inversiones de Estado para reactivar la economía, superar la Gran Depresión y restaurar la economía, objetivo logrado hacia mediados  del siglo XX.

Los movimientos  políticos, en especial los de tendencia liberal incorporaron en sus programas las tesis intervencionistas, lo que permitió  que  la población se beneficiara de altos niveles de empelo digno, formal y estable y un buen sistema de seguridad social; esto se desarrolló hasta la década de l.970; posteriormente por fallas del modelo keynesiano y condicionamientos de la banca mundial y las trasnacionales, comenzó a revivirse  el liberalismo económico clásico, lo que se ha llamado el Neoliberalismo.
Dado el librepensamiento de la doctrina liberal, se han presentado diferentes tendencias según el nivel  de intervención estatal y el tratamiento de las mayorías, en  este sentido tenemos el liberalismo social o progresista, el partido laborista de Inglaterra con grandes logros sociales, los partidos social demócrata con diversos matices, el de los países nórdicos como Suecia, Noruega y Finlandia han logrado una buena combinación entre capitalismo y socialismo y por tanto son los de mayor bienestar; también tenemos la Tercera Vía sin mucho éxito. Al margen de lo anterior es muy lamentable que los movimientos políticos del mundo capitalista, hayan acogido las tesis neoliberales continuadoras del liberalismo económico clásico, pero en una forma más perversa.

En nuestro país el partido liberal libró muchas contiendas ideológicas y armadas frente a los conservadores en defensa de la tolerancia y contra privilegios de la clase dominante como el clero y los terratenientes, en especial en el siglo XIX; durante la etapa de intervención estatal fue el abanderado de muchas reformas sociales especialmente en el período 1930-1980, y llegó a tener una participación política del 70%, cifra que se redujo al 10% o 20% en las últimas dos décadas, precisamente por el abandono de los programas sociales favorables a la mayoría. Estos últimos aspectos me propongo tratarlos en la segunda entrega de este ensayo.
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