La Nación
Ciudad de malas mañas 1 16 septiembre, 2024
INVESTIGACIÓN

Ciudad de malas mañas

Neiva no escapa a los problemas de la modernidad. La inseguridad no es asunto exclusivo del presente. Paradójicamente, mientras la Policía persigue a la delincuencia, su estación radiofónica de interés público, divulga narrativas primarias que cantan al alicoramiento, al desamor y al odio.

Olmedo Polanco

 “Qué te parece si esta noche nos robamos”, propone Luis Alfonso a una mujer imaginada. No da tiempo a la dama para que piense en tan atrevida propuesta. El cantante popular, que también elogia al ‘Amor criminal’, entona la segunda propuesta: “Cometamos un delito”.

Es el primer jueves de septiembre y antes del mediodía suena la canción ‘La ex’ en radio Policía Nacional 97.3 F.M. Apenas termina el tema de música primaria una promoción radial anuncia la hora a nombre del modelo de ‘vigilancia por cuadrantes’. Son las 12 del mediodía y hace bochorno en Neiva. Las mujeres ya no lucen los bolsos sobre sus hombros; deben echarlos por delante para evitar el raponazo de pillos que merodean en motocicletas, a veces sin placa y en mal estado.

La Policía Nacional captura cinco delincuentes, cada día en la capital del Huila. En lo que llevamos de este año bisiesto la autoridad ha realizado 1.182 capturas; de ellas: 348 por tráfico de estupefacientes, 111 por porte ilegal de armas, 69 por hurto a personas y 49 a causa del hurto a comercios. (Policía Nacional de Colombia. Estadística delictiva. Sistema de Información Estadístico, Delincuencial, Contravencional y Operativo – SIEDCO PLUS 2.0).

¡Cuidado en el barrio!

“Hoy las gentes honradas y pacíficas de nuestra ciudad y que por fortuna constituyen su inmensa mayoría, viven constantemente bajo la amenaza de bandas de pillos que estafan en pleno día…”. Le recomiendo, apreciado lector, no confundir los tiempos, porque esta cita tiene más de medio siglo. (Gustavo Hernández Riveros. Archivo personal. Radio Neiva. Atalaya. Comentario de Rodrigo Linares. Ola de inseguridad. Página 162. Neiva, agosto de 1965).

La memoria escrita de la radio local, nos facilita más detalles sobre la inseguridad en la capital: “…prevalidos del candor de nuestras gentes sencillas, atracando a toda hora…”. Según el columnista Rodrigo Linares, la delincuencia no respetaba domicilios: “…y a las residencias de los apartados y de los céntricos barrios, llevando a cabo los más audaces desvalijamientos, sabiéndose suficientemente en sus andanzas de redomados ladrones…”.

De la inseguridad tampoco se salvaban los comercios ubicados en el centro de la ciudad: “…penetrando sagazmente a establecimientos comerciales gracias a su sorprendente habilidad para violar toda clase de cerrojos…”

Radio Neiva lanzaba al aire algunas conjeturas en su afán de buscar causas en el desorden social: “…por la ausencia de policía que guarnezca debidamente a la ciudad y proteja eficazmente la seguridad de sus habitantes”.

Según el censo poblacional de 1964, Neiva tenía 89.790 habitantes y en el año 1973 pasó a 121.110 habitantes. El total de la población en Huila era de 416.289; la mayoría estaba constituida por niñas y niños entre cero y cuatro años de edad (77.248). Lo más seguro es que usted hace parte de estos estudios demográficos. (Departamento Administrativo Nacional de Estadística -DANE- Población del departamento del Huila en los censos de 1964 y 1973).

Ciudad de malas mañas 7 16 septiembre, 2024
La situación de inseguridad en Neiva no es cuestión exclusiva del presente; hay problemas sociales no tramitados a tiempo por algunas autoridades locales. Fotografía: Revista de la Policía Nacional.

La Policía como forma de la autoridad

Es jueves 5 de septiembre. En Ibagué sintonizo la radio de la Policía Nacional a través de onlineradiobox.com. “Somos la Radio Policía Nacional de Neiva – 97.3 FM. Una radio con programas tendientes a culturizar nuestra sociedad acompañados de buena música dirigido (sic) a todo tipo de oyentes”. A propósito, en la página de Facebook tiene 123 mil seguidores y 45 personas han escrito que les gusta la emisora.

Con rigor de investigador, busco comunicarme a través de un par de números que aparecen en las estaciones de radiodifusión de la Policía Nacional. El primero me lleva al buzón de mensajes y el segundo, de la Radio de la Policía en Cartagena de Indias, me comunica con un usuario de telefonía móvil que nada tiene que ver con la institución. “Estás equivocado”, me dice del otro lado de la comunicación.

A las 11:38 de la mañana, el risaraldense Jhon Alex Castaño anuncia a través de la radio: “Voy a seguir tomando”. Es más, afirma estar tan aburrido que está que se pega un tiro “…por tu bendito querer”. En la radio lo conocen como “El rey del chupe”.

Los consumidores de drogas ilícitas en Neiva han dejado de ‘meterse entre pecho y espalda’ 4.127 kilogramos de estupefacientes; porque la Policía los ha incautado entre enero y estos días de septiembre. Además, la autoridad policial ha confiscado 133 armas ilegales, 165 vehículos recuperados (145 motocicletas y 20 automotores), y ha realizado 69 allanamientos. (Op. Cit. Estadística delictiva).

Cuando se hacía siesta en la hamaca

En 1955, hace 69 años, Neiva era una fiesta a las cinco de la tarde. “Preciosas muchachas que son ‘mariposas de lindos colores’ adornan la fiesta…” (Periódico El Porvenir. Agosto de 1955). La ciudad se prestaba para el encuentro y la construcción de tejidos comunicativos. “Sobre la esquina del atrio, un representante auténtico del humor huilense reúne (…) los personajes más caracterizados de la capital y los recuesta contra el chiquero rústico que defiende un raquítico arbolito que ya no crece más”. El cronista describe al personaje urbano como “Alto, gordo y alegre como un pijao”. En el mismo lugar, un vendedor de pandeyucas los anunciaba calientes.

“A las cinco, cuando los rayos del sol son apenas la última palabra de una triste despedida, Neiva se engalana con traje de vivos colores, sale a la calle y se da cita en la esquina de la carrera Quinta con calle Octava”. (Op. Cit. Periódico El Porvenir).

“Hasta hace pocos lustros la ciudad de Neiva disfrutó de la anchurosa y bien merecida fama de poder sus honrados moradores dormir tranquilamente con las ventanas y aun las puertas de sus habitaciones abiertas de par en par…”, comentaba Rodrigo Linares a través de Radio Neiva. Corría el verano de 1965. (Op. Cit. Gustavo Hernández Riveros. Archivo personal. Radio Neiva. Atalaya. Comentario de Rodrigo Linares. Ola de inseguridad).

El cronista recordaba que: “En aquellos tiempos los patriarcas neivanos hacían menos penosas las noches de intenso calor, tendidos sosegadamente sobre sus hamacas ondulantes bajo el pródigo techo de los dilatados corredores y pasillos, para entregarse confiadamente al sueño reparador…”

Ganaderos y terratenientes sin pesadillas

Ha dicho el señor Linares a través de Radio Neiva que los hacendados con domicilio en la capital, no tenían preocupaciones que les quitara el sueño: “…luego de echar a volar su imaginación por los más variados ámbitos de los idealismos o en busca de soluciones: entonces fáciles a los comunes pequeños problemas regionales del pastoreo y del labrantío…”

Sin embargo, la ciudad creció y con ella sus problemas de seguridad ciudadana: “Más aquel Neiva de verdadero sosiego, de seguridad y de raros encantos, se fugó para siempre, para desventura de sus honrados moradores”.

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Cadetes de la Policía Nacional en 1951. Archivo digital: Policía Nacional.

¡Te están buscando canallón!

El editorialista de la radio local a mediados de la década del 60 entregaba pistas a las autoridades de Policía. En parte, Neiva estaba representada en el criminal que se refugiaba y pasaba inadvertido en el anonimato de la muchedumbre.  “Esas bandas de delincuentes tienen sus guaridas en el seno de la propia ciudad y sus integrantes deambulan a pleno sol por los más concurridos sectores, a caza de víctimas, o planeando con sus compinches los seguros asaltos nocturnos”.

Rodrigo Linares, impactado por las ideas liberales de Jorge Eliécer Gaitán, comentaba: “No es necesario poseer extraordinarios conocimientos en psicología, sino la natural malicia indígena tan pregonada en determinado tiempo por un combatiente caudillo político, para descubrir a los dichos delincuentes que, fingiendo actividades que en realidad solo practican como medida de engaño, se mimetizan fácilmente entre nuestras gentes desprevenidas”.

En Neiva, la radio de la Policía Nacional le cantará al despecho hoy sábado. Entretanto, aquí en Ibagué hay festival de jazz en el Panóptico. Es la quinta edición de “las músicas que somos”. Entre los artistas invitados: The New Orleans Jazz Vipers, Santiago Cruz sinfónico, la Orquesta sinfónica del Conservatorio de Ibagué y la Orquesta sinfónica del Conservatorio del Tolima. Lo más seguro es que la Policía emplazada en los conciertos de jazz, no tenga que controlar borrachos agobiados por el desamor.