Marco Fidel Rocha Rodríguez
Como resultado de los últimos acontecimientos acaecidos en nuestro país, nos preguntamos ¿por qué si la gran mayoría de la población colombiana rechaza el despilfarro de los 40.000.000.000 millones de pesos gastados en la consulta liberal y ante tanta necesidad, no hay alguien que levante la voz y sea atendido por las instituciones y personas naturales responsables de estos hechos para evitar que se repitan estos desmanes económicos?
Aunque es un tema muy trillado, el abuso que a diario se comete contra la niñez colombiana no se soluciona, se continúa robando los dineros de su alimentación diaria con excesos imperdonables por parte de muchos alcaldes que haciendo uso del nombramiento a dedo logran enriquecer a los irresponsables contratistas y de paso solicitar una tajada para su bolsillo.
Los robos diarios de los celulares atentando no solamente contra el derecho a la propiedad, sino atemorizando y en muchos casos hiriendo y matando a los inocentes usuarios de este medio que hoy en día es fundamental para el trabajo, la unión familiar, la expansión social y además de ser un medio necesario para solicitar auxilios, citas médicas, pedidos domiciliarios y muchos otros aumentan cada día sin que las medidas tomadas por las autoridades competentes sean eficaces. Uno se pregunta, ¿porque si las penas son tan bajas para estos delitos, no se aplica el fast-track para estos dolos y para muchas otras situaciones que tienen un perfil semejante?
Otro caso que uno no se explica porque no se han tomado las medidas pertinentes, es el de permitir que los taxis llamados “zapatines” se continúen importando a pesar de conocer de tiempo atrás que este tipo de vehículos no son aconsejables para el servicio público y ya son muchos los muertos que tienen en su haber por su inestabilidad, su débil carrocería, por su limitado cupo y por la falta de elementos protectores contra choques.
Aunque repetir este tema nunca es suficiente, todos los días aparecen nuevos casos de corrupción y vemos sorprendidos como esta criminal acción ha venido expandiéndose por toda nuestra sociedad y ascendiendo en forma preocupante por las pirámides de los organismos tanto del estado como del sector privado sin que se vean soluciones a corto plazo.
Hasta cuando debemos esperar para hacer un alto en el camino y reflexionar sobre la necesidad de limpiar a la sociedad de toda clase de impunidad y mirar hacia nuestros hijos que pagaran hoy y mañana las consecuencias de nuestra falta de participación, mal proceder y tolerancia.
Esto que nos está pasando, no nos debe solamente preocupar sino nos debe llevar a la acción inmediata y reclamar que se acaben los privilegios de que gozan los sinvergüenzas que vienen abusando de sus cargos y que solo logran dar pésimo ejemplo a toda la sociedad. Hoy más que nunca lejos de las falsas promesas necesitamos de la reflexión seria y sincera para parar esta insostenible situación.
