El líder del Nuevo Liberalismo, Juan Manuel Galán, habla con LA NACIÓN sobre las elecciones del 2026. Dice que hay que “recuperar la confianza” de la gente que votó por Gustavo Petro y que hoy se siente “engañada”. Confirma una alianza con Rodrigo Lara Sánchez para una lista en el Huila a la Cámara de Representantes y anuncia que buscará a Rodrigo Lara Restrepo, con quien tiene diferencias.
Jesús Antonio Rojas Serrano
El exsenador y director nacional del Partido Nuevo Liberalismo, Juan Manuel Galán, estuvo esta semana Neiva. El hermano del alcalde de Bogotá se reunió con el diputado de la Asamblea del Huila, Rodrigo Lara Sánchez. Y también visitó las instalaciones del Diario LA NACIÓN.
¿Cómo ve hoy al país?
La percepción que tiene mucha gente es que el país no solamente se ha estancado sino que ha retrocedido. En materia de seguridad, por ejemplo, hemos perdido el dominio, el control y la influencia del Estado en la mayoría de regiones del país, a expensas de las disidencias de las Farc, el Clan del Golfo, la Segunda Marquetalia y del Eln, que se han venido apoderando de las rentas criminales, combinado un debilitamiento sistemático de las capacidades de las Fuerzas Militares. Las tropas están desmoralizadas porque no sienten un liderazgo de parte del comandante supremo encaminado a combatir estas estructuras criminales y recuperar el territorio para la gente. La prioridad del país debe ser la recuperación territorial, en primera instancia, la estabilización y la consolidación de una presencia integral del Estado.
¿Y qué pasa con el presidente Gustavo Petro y su Gobierno?
Jesús Antonio, uno no ve al Presidente ejerciendo la Presidencia de la República, gobernando, administrando, gerenciando, comunicándose con sus ministros. Uno ve a un Presidente alejado, ausente y que hace discursos que no se traducen en nada. Quien está gobernando es Laura Sarabia, una persona que no tiene la legitimidad para gobernar a Colombia.
¿En qué ha estado, entonces, el Gobierno?
Desde que llegó, el Gobierno ha buscado apoderarse de recursos para repartirlos en subsidios, golpeando la clase media del país. También ha buscado debilitar la institucionalidad: erosionar las instituciones que se han constituido en Colombia a lo largo de varias generaciones. Jesús Antonio, al Presidente le incomoda la independencia de los poderes, le incomoda la Corte Constitucional que protege la Constitución de 1991, le incomoda el Banco de la República que, de manera independiente, fija la política monetaria del país. De las entidades públicas han salido los equipos técnicos que se habían formado durante las últimas décadas. El Gobierno ha buscado además el debilitamiento de las capacidades de la Fuerza Pública. Por eso, el Presidente llega tres horas tarde al desfile 20 de Julio; por eso, no espera a que desfile la Policía y se va antes; por eso, se queda sentado cuando el comandante de las Fuerzas Militares le entrega el parte, no saluda, no se excusa, no respeta el minuto de silencio de los héroes caídos en combate; estos gestos son encaminados a desmoralizar las tropas porque él no siente que esas son sus Fuerzas Armadas. Y lo más delicado que el Gobierno ha buscado es la alianza con las estructuras criminales. Esa alianza se vio en los pactos de La Picota cuando acordaron que esas organizaciones criminales iban a hacer todo lo posible para que el Gobierno actual ganara las elecciones, a cambio de que les dieran espacio libre para ganar territorio. Esa alianza sigue vigente. La ‘Paz total’ ha sido la ventaja total para esos grupos criminales; aquí en el Huila se está sintiendo con los secuestros y las extorsiones. Todo esto está volviendo cuando creíamos que era una época superada.
¿Qué lectura hace al momento económico actual del país?
Este es un Gobierno que ve a los empresarios como el diablo, como el enemigo número uno al que hay que destrozar; este Gobierno ha echado a los empresarios en un saco ideológico haciéndolos ver como unos oligarcas que quieren acabar al pueblo. El Presidente, en lograr de unir al país, como es su función constitucional, se dedica a dividir, a confrontar, a polarizar. Eso es lo que le impide al país salir adelante. En materia económica, todo es muy preocupante. Jesús Antonio, mire lo que pasó con el paro camionero: el Presidente de la República hace una alocución presidencial y fue para hablar del software Pegasus, una historia traída de los cabellos y que costó que Colombia fuera expulsada de la organización internacional que maneja la cooperación entre las agencias de inteligencia para combatir el lavado de activos. Eso fue una irresponsabilidad con el país. Fíjese, por ejemplo, la terquedad de no seguir la exploración y explotación de los grandes yacimientos de gas natural, que podrían en estos momentos estar en operación ayudando a mitigar la crisis del gas muy compleja que se nos viene el año entrante. Ecopetrol, por su parte, está endeudadísima y se ha ido desdibujando. Todo esto tiene consecuencias económicas. Hoy, el factor confianza de los inversionistas no existe en el Gobierno.
¿Usted cree en el golpe blando que el presidente Gustavo Petro ha venido insistentemente diciendo que le quieren dar para sacarlo del poder?
Jesús Antonio, es como si él quisiera que se diera esa situación para tapar el desastre de su Gobierno, su improvisación y el retroceso en los indicadores fundamentales del país.
El mundo político ya está pensando en el 2026, año de elecciones a Congreso y Presidencia, ¿qué planes hace el Nuevo Liberalismo?
Nosotros estamos en esto que queda de 2024 consolidando el proceso de reconstrucción del Nuevo Liberalismo. Hemos recorrido un camino largo; fueron cinco años para demostrar ante la Corte Constitucional que el Nuevo Liberalismo, en un acto de reparación, tenía derecho a recuperar su personería jurídica. Y empezamos desde cero la reconstrucción del partido. Hicimos un congreso nacional y aprobamos nuevos estatutos. Siempre me acuerdo de la frase de mi padre que decía: ‘Un partido no le puede prometer a una nación, lo que primero no es capaz de conseguir para sí mismo’. Y nuestros estatutos promueven la descentralización, el estímulo a las bases y capacidad de decisión en materia de pensamiento y el otorgamiento de avales. Hoy, en el Nuevo Liberalismo, quienes entregan los avales son los comités territoriales. Nosotros no somos de los partidos en los que los parlamentarios reunidos en Bogotá definen quién tiene derecho al aval y quién no.
Pero, ¿qué tiene para mostrar el Nuevo Liberalismo?
En las elecciones de 2023, logramos no sólo la Alcaldía de Bogotá, sino las alcaldías de Cartagena, Cali, Pasto, Florencia, San José del Guaviare y Montería; logramos más de 320 concejales, 120 ediles y 9 diputados. El partido Nuevo Liberalismo ya no es una nostalgia; es una realidad política territorial que, además, inspira confianza, el capital más valioso que tenemos. El próximo 2 de noviembre, tendremos una cumbre programática; vamos a hacer un ejercicio de democracia deliberativa aprovechando el mundo de la tecnología. Y el 29 y 30 noviembre, haremos la convención nacional del partido en Cartagena, en donde tomaremos decisiones de cara a las elecciones de 2026. Tenemos el partido abierto para quien quiera defender la Constitución y el orden democrático. Tenemos que recuperar la confianza de una cantidad de gente que votó por Gustavo Petro pensando en un cambio, pero que hoy se siente traicionada, engañada, herida, estafada. Esa gente hoy dice que les prometieron un país sin corrupción y hoy este Gobierno ha demostrado que batieron todos los récords posibles de corrupción. Vamos a apostarles en el 2026 a un gran equipo a legislar en el Congreso de la República y un gran equipo a gobernar en la Presidencia de la República. Por eso, estamos recorriendo el país y visitando a amigos como Rodrigo Lara Sánchez, con quien compartimos una historia de más de una generación por cuenta de nuestros padres que desde el Nuevo Liberalismo enfrentaron solitarios el narcotráfico.
¿Qué hablaron usted y el diputado Lara?
Jesús Antonio, hablamos con Rodrigo para organizar una lista a la Cámara de Representantes en el departamento del Huila. Se trata de una lista que sea amplia, diversa, que pueda ser en coalición con otras fuerzas políticas, con personas muy valiosas que en la región trabajen en equipo y defiendan unas ideas, principios y valores. Y en esto estamos plenamente identificados. Hemos conversado y ya tenemos claro que esa lista a la Cámara de Representantes va a salir de acá y la va a liderar Rodrigo.
En los sondeos presidenciales que han salido, usted ya empezó a marcar, ¿está definido que aspirará en el 2026?
No. Yo lo que tengo definido es continuar el proceso de reconstrucción del Nuevo Liberalismo. Quiero contribuir como mejor lo pueda hacer y como los co-equiperos vean que yo lo pueda hacer. Este equipo tiene que ser muy contundente en su propuesta y en lo que le va a ofrecer al país, especialmente en materia de seguridad. Lo que me interesa es a que ese equipo se consolide y seguir en el proceso de construcción del partido porque yo sí creo que los partidos políticos cuando cumplen su función, que es interpretar a la sociedad, son importantísimos como institución democrática. Yo no creo que Colombia necesite aventuras populistas, mesiánicas o caudillistas; ya el país ha probado eso. Lo probó con algunos alcaldes que eligió anteriormente; lo probó en las elecciones presidenciales y se dio cuenta que eso le trajo una mayor frustración.
No puedo cerrar esta entrevista sin preguntarle por el otro Rodrigo, Rodrigo Lara Restrepo, con quien usted ha tenido serias diferencias, ¿cómo está su relación con él?
Vamos a conversar también con él. Tenemos el mayor interés de conversar con él porque es una persona que desde la primera infancia nos conocemos, compartimos momentos dolorosos y tristes como el asesinato de Rodrigo Lara Bonilla el 30 de abril de 1984, como el asesinato de mi padre Luis Carlos Galán Sarmiento, como que tuvimos que irnos del país cuando Pablo Escobar dijo que iba por las familias de sus enemigos. Tenemos mucha historia en común. Ahora, hay que superar cualquier diferencia que tengamos por el bien del país y por el bien de la defensa del legado y el ejemplo que dejaron nuestros padres.