Contra todos los pronósticos, Colombia no avaló los acuerdos de paz firmados por el gobierno para poner fin a 52 años del conflicto armado.
Los resultados dejan en suspenso la implementación y el trámite de todas las reformas que se proyectaban a partir de esta semana, entre ellas, las iniciativas de desarrollo rural para la transformación del campo, la reforma electoral, el estatuto de oposición y el modelo de participación ciudadana.
Por una estrecha diferencia de 56.418 votos, el plebiscito naufragó en medio de una agria polarización política.
Escrutadas el 99,92% de las mesas, los opositores lograron imponerse con 6.430.909 votos (el 50,22% de la votación). El ‘Si’ obtuvo 6.374.491votos (el 49,77%).
La abstención, la principal responsable, alcanzó un nivel del 62,58%. La baja concurrencia reflejó que un gran segmento de la población no captó la trascendencia de lo que se estaba definiendo o ratificó su indiferencia. El voto, al parecer, tampoco logró cautivar a los jóvenes, los grandes ausentes de las urnas. El voto adulto terminó imponiéndose.
El ‘No’ se impuso en 14 departamentos del interior del país, incluido Huila y Caquetá. En la periferia, en el resto del país, entre ellos Cauca, Chocó y Putumayo, ganó el ‘Sí’.
En Bogotá el 56,07% apoyó el plebiscito. En el exterior, 54,13% fue afirmativo (44.801 votos) y negativos 37.955 votos (45,86%).
Voto en Huila
El Huila, una de las regiones más afectadas por el conflicto armado, rechazó de plano los acuerdos de paz para poner fin al conflicto armado. Los resultados fueron contundentes.
Escrutado el 100% de las mesas instaladas, el ‘No’ se impuso en 29 municipios del Huila, incluida su capital.
El ‘Si’ obtuvo el 39,22% (119.706votos) y el ‘No’ 185.484 votos que equivale al 60,77%.
En sólo tres municipios el ‘Si’ alcanzó la mayoría. Algeciras (2.761 votos); Baraya (1.206 votos) y Villavieja (1.480 votos).
La votación se mantuvo en los niveles históricos con el 39,18%. Solo concurrieron a las urnas 311.476 de las 794.839 personas habilitadas.
Neiva
La tendencia no fue distinta en Neiva, el principal centro de votación y una de las ciudades con el mayor nivel de voto de opinión.
En la capital opita, con una abstención del 57,22%, el ‘No’ se impuso con 58.666 votos (54,44%) frente a 49.083 votos (45,55%) obtenidos por el ‘Sí’.
Sitios claves
En Pitalito el ‘Si’ obtuvo 10.660 votos frente a 19.996 votos por el ‘No’. En Garzón, el ‘Sí’ obtuvo 6.356 votos y el No 12.101 votos. En La Plata, el ‘Sí’ alcanzó, 4.408 votos y el ‘No’ 9.004 votos.
En Gigante la votación fue de 4.263 por el ‘No’ y 2.668 por el ‘Si’.
En Caquetá, uno de los escenarios de la confrontación armada y enclave de las Farc el 53,04% rechazó los acuerdos con 44.282 votos frente a 39.197 votos que lo respaldaron.
En Florencia, la capital, 23.593 ciudadanos rechazaron los acuerdos (61,44%) mientras que 14.803 lo avalaron (38,55%).
Los municipios más afectados entre ellos San Vicente del Caguán refrendaron los acuerdos. En San Vicente 6.034 personas lo respaldaron contra 3.554 que lo rechazaron. En esa misma tónica votaron La Montañita, Cartagena del Chairá, Milán y Solano.
Territorialmente el ‘No’ se impuso en otras 11 cabeceras incluyendo El Doncello con el 61,18%; Paujil con 55,43% y Puerto Rico con 50,01%.
Primeros efectos
Los resultados electorales abren un ambiente de marcada incertidumbre para el país. No solo por la continuidad del proceso de paz, sino por el aplazamiento del paquete normativo que debía comenzar a tramitarse esta misma semana.
La votación final pese al apoyo internacional y el respaldo de todos los partidos ponen en aprietos la unidad nacional y en tela de juicio la gobernabilidad. Según el fallo de la Corte Constitucional, lo acordado no va más.
Adicionalmente, la legislatura especial para la paz que se abría pasado a partir de esta semana queda congelada.
El Gobierno no podrá implementar en forma inmediata los acuerdos logrados con las Farc en La Habana (Cuba). Aunque no significa una ruptura, por lo menos, impide que se pueda aplicar.
La logística preparada por Naciones Unidas para la verificación del cese al fuego bilateral queda igualmente en suspenso. Igual ocurre con la desmovilización y el desarme que debía cumplirse según un cronograma, cuidadosamente elaborado con la participación de altos mandos del Ejército.
La visita del Papa Francisco anunciada para el año entrante también quedará en duda. Su interés estaba centrado en la refrendación.
Ante esta nueva realidad, el presidente Santos no debe tirar la toalla. El nuevo escenario político que queda planteado, abre otra posibilidad para persistir. Lo peor que le puede pasar al país es echar por la borda, un acuerdo político para erradicar el más grave factor de perturbación, que ha eclipsado durante medio siglo, el verdadero desarrollo del país.
El Huila rechazó de plano los acuerdos de paz. Sólo tres municipios avalaron el esfuerzo.