Más felices no podemos estar los colombianos con la senda victoriosa por la que transita la Selección Colombia, que le permitirá este domingo, a las 7 de la noche, disputar la final de la Copa América de Fútbol. Le espera un rival poderoso pero no imbatible: la Argentina comandada por Leo Messi, uno de los mejores jugadores del mundo.
Ha llegado Colombia a esta instancia no por casualidad ni por azares del destino. Nadie le ha regalado nada. El equipo dirigido por Néstor Lorenzo jugará la final contra los argentinos tras consolidar partido a partido, balón a balón, su mejor versión.
Y lo ha logrado de la mano de un rejuvenecido James Rodríguez, el mismo que en 2014 alcanzó el punto más alto por su deslumbrante actuación en el Mundial jugado en Brasil. En esta Copa América, hemos visto a un James 2.0, que se mueve por la cancha a su antojo, que se asocia muy bien con sus compañeros y que encaja pases colocados como con la mano. La escena de la celebración de James sonriente, abriendo sus brazos, y detrás de él a Luis Díaz simulando colocándole la corona a un rey, demuestra lo que muchos han sentido en este certamen continental: la Selección Colombia ha encontrado en James al sucesor de Carlos ‘El Pibe’ Valderrama, el genio de aquel equipo que nos puso a soñar 30 años atrás. Es válido, obviamente, que James tenga sus detractores porque no le ha ido bien en sus clubes, pero no se puede desconocer que la está ‘sacando del estadio’ con la Tricolor.
Además de James Rodríguez, los colombianos hemos sido testigos de la garra de jugadores como Camilo Vargas, Johan Mojica, Luis Díaz, Davinson Sánchez, Carlos Cuesta, Jhon Córdoba, Daniel Muñoz, entre otros. De destacar también la actuación de Jefferson Lerma, el hombre que salió de las inferiores del Atlético Huila y que con su gol ante Uruguay, tiene no solo unidos y felices sino soñando a todos los colombianos con alzar por segunda vez la Copa América.