Nos debe importar, y mucho, el inmediato futuro de Venezuela tras el fallecimiento del presidente Hugo Chávez Frías puesto que no solo somos socios comerciales altamente superavitarios, con un notable aumento en los últimos dos años tras el restablecimiento pleno de relaciones bilaterales, sino también por el papel continental ejercido por el mismo Chávez y el papel que estaba jugando en el actual proceso de paz del Gobierno con las Farc. Nos debe importar, y mucho, el inmediato futuro de Venezuela tras el fallecimiento del presidente Hugo Chávez Frías puesto que no solo somos socios comerciales altamente superavitarios, con un notable aumento en los últimos dos años tras el restablecimiento pleno de relaciones bilaterales, sino también por el papel continental ejercido por el mismo Chávez y el papel que estaba jugando en el actual proceso de paz del Gobierno con las Farc. Nunca entonces ningún presidente venezolano – desde el Libertador Simón Bolívar – había influido tanto en el devenir histórico de Colombia como lo hizo el coronel Chávez en los recientes 14 años. Más allá de la muerte del líder venezolano, lamentada por numerosos de sus aliados en todos los continentes y llorada por millones de sus seguidores incondicionales en el vecino país, lo que viene ahora por la sucesión del poder es lo que cobra relevancia para efectos de cuál pueda ser el rumbo de las relaciones binacionales y aquellos temas sensibles que tanto tire y afloje generaron en estas dos primeras décadas del siglo XXI. Lo que pase ahora con la elección del nuevo presidente vecino tiene alta relevancia para Colombia; de alguna manera, afortunadamente, si los venezolanos eligen a un ahijado de Chávez o a alguien de la oposición, las cosas no deberían tener cambios radicales para nuestro país. Tanto Nicolás Maduro, el designado por el fallecido coronel, como Henrique Capriles, líder de la oposición, han hecho evidentes sus simpatías por Colombia, tienen excelentes relaciones con numerosos actores políticos y sociales acá y no han dado a entender que puedan variar significativamente el camino andado en los recientes años para las dos naciones hermanas. Sin embargo, es claro que un triunfo de la oposición puede significar un viraje trascendental en los asuntos de paz, considerando el influyente papel ejercido por Chávez frente a las Farc y el conflictivo ambiente que se generó con el anterior presidente colombiano Álvaro Uribe, amén de lo que está ocurriendo ahora en los diálogos de La Habana. Sin ninguna duda, tanto el papel de Venezuela incentivando las conversaciones de paz para el fin del conflicto interno colombiano como el de Cuba sirviendo de amigable mediador y anfitrión pueden sufrir alteraciones: Capriles no tiene ninguna empatía con las Farc ni con Cuba y es altamente probable que el régimen de los Castro sufra económicamente con un gobierno venezolano de la oposición. Han sido los cubanos los depositarios de los mayores volúmenes de ayuda, por vía del petróleo, del fallecido Chávez, y eso impactará frente al papel de ambos países en el proceso de acuerdos que avanza con la guerrilla. Muerto Chávez, su influencia sigue rondando sobre Colombia. Por ahora, el acompañamiento en las gestiones de paz, seguirá inmodificable. “Muerto Chávez, su influencia sigue rondando sobre Colombia. Por ahora, el acompañamiento en las gestiones de paz, seguirá inmodificable”. Editorialito Lo que nos faltaba. A los problemas sanitarios que ha registrado el Huila, se suman ahora nuevos brotes de Hepatitis A y Dengue que podrían agudizarse como consecuencia del paro cafetero que sigue inmodificable. Otro motivo de preocupación.