“Nunca vi a ese señor…”, fue la declaración de un contratista de la Electrificadora del Huila, en el juicio oral contra el presunto guerrillero de las Farc, Javier Perdomo Alzate, sindicado de participar en el atentado que iba a perpetrar el grupo insurgente en el corregimiento de Vegalarga, en el oriente de Neiva. LA NACIÓN, Neiva “Nunca vi a ese señor…”, fue la declaración de un contratista de la Electrificadora del Huila, en el juicio oral contra el presunto guerrillero de las Farc, Javier Perdomo Alzate, sindicado de participar en el atentado que iba a perpetrar el grupo insurgente en el corregimiento de Vegalarga, en el oriente de Neiva. El testimonio del obrero fue escuchado ayer en la audiencia de práctica de pruebas ante el Juez Primero Penal Especializado de Neiva con Funciones de Conocimiento, que preside el juicio contra el supuesto subversivo, acusado de los delitos de terrorismo, rebelión y secuestro. Perdomo Alzate, supuesto integrante del frente 17 ‘Angelino Godoy’, fue señalado por la Fiscalía Especializada de Neiva de haber coordinado el atentado que se pretendía ejecutar con una camioneta hurtada a contratistas de la Electrificadora del Huila, el 23 de marzo de 2011. “Realizó el secuestro de los operarios de la electrificadora, fue el encargado de inmovilizar el vehículo y de cargarlo con dos canecas con explosivos el automotor”, dijo el comandante de la Policía en el Huila, coronel Juan Francisco Peláez Ramírez, el día de la captura de Perdomo. Sin embargo, uno de los contratistas de la empresa de energía manifestó en la audiencia que no había visto al procesado el día que fueron retenidos por subversivos en el sector de Río Negro, a donde iba a instalar un transformador de energía. “Nunca vi a ese señor”, expresó el testigo. Recordó que fueron abordados por dos insurgentes, “uno se identificó como ‘Robinson’, dijo que era el jefe del frente 17”. Agregó que lo obligaron a conducir la camioneta hasta Piedra Pintada, donde subieron canecas al vehículo. “Les ayudé a subir las pimpinas, eran muy pesadas. Estaba un señor mono, alto y ‘Robinson’”. Precisó que le dijeron que llevara el carro hasta el frente de la Estación de Policía. No obstante, el contratista dejó la camioneta en el parque principal del centro poblado, donde fue activada controladamente por las autoridades, que fueron informadas del abandono de la camioneta cargada con explosivos. La onda explosiva destruyó parcialmente la iglesia, el puesto de salud y varias viviendas.