La reciente imputación de cargos contra los exdirectivos de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres de la Presidencia de la República, UNGRD, Olmedo López y Sneyder Pinilla, y la salida del director nacional de Inteligencia, el ‘todopoderoso’ Carlos Ramón González, evidencian la gravedad del escándalo de corrupción que le ha explotado en la cara al presidente Gustavo Petro en momentos que llega al ecuador de su mandato.
Con la imputación de cargos, el escándalo ha pasado de los señalamientos en redes sociales y medios de comunicación desde principios de este año a las sindicaciones de índole legal. Es la certeza de una investigación judicial que ha permitido corroborar durante los últimos meses la existencia de un entramado de corrupción en la UNGRD.
Fueron la emisora W Radio y el periódico El Tiempo los que revelaron a finales de febrero pasado que el contrato por cerca de $50.000 millones para llevar 40 carrotanques a La Guajira no estaba siendo ejecutado. Los vehículos que prometían llevar 640.000 litros de agua nunca habían operado, pero la plata sí se había pagado.
Con el pasar de las semanas, se vino a saber que detrás de ese contrato y otros hubo no solo sobrecostos sino que se habrían utilizado para pagar coimas a congresistas para que aprobaran las reformas del Gobierno Petro. Las investigaciones de la Fiscalía han permitido develar que funcionarios cercanos al presidente Petro como Carlos Ramón González, exintegrante del M-19 y el hombre fuerte del Partido Verde, se ‘untaron las manos’. Según el ente acusador, los funcionarios direccionaron la entrega de por lo menos 21 contratos públicos, por un valor superior a los 228.844 millones de pesos.
Los hechos son de una gravedad extrema. Hace mal el presidente Petro cuando, al referirse a este escándalo, alega que fue mucho más grave el de Odebrecht. Es probable, pero su mensaje suena a tolerancia con un monstruo que les quita a los más pobres. Se asemeja a una frase muy utilizada en el Huila para justificar a los corruptos: “Que roben, pero que roben poquito, o que roben, pero que hagan algo”.
