“Con Petro, el cambio fue hacia atrás”

El periodista y youtuber, Daniel Samper Ospina, habla con LA NACIÓN y disecciona, con algo de sátira, al presidente Gustavo Petro. Dice que en todo, “Petro es un viaje a los años 90”. Califica como “exagerada” la reacción del mandatario a la investigación del CNE. “Lo usa de distractor para no hablar de sus pocas obras de gobierno y para tener un relato desde la victimización”, advierte.

Claudia Marcela Medina García

presidencia@lanacion.com.co

Cada vez que viene a Neiva, Daniel Samper Ospina llena escenarios. El periodista y youtuber, con más de tres millones de seguidores en la red social X, estará de nuevo en la ciudad este martes con su obra Circombia.

Como periodista y youtuber, ¿qué radiografía tiene del momento actual que vive el país?

Más que un país, creo que estamos en un circo lleno de payasos, equilibristas, elefantes y contorsionistas y eso es lo que les quiero demostrar en la función que presentaré este martes en Neiva: vivir en Colombia, o en Circombia, como le digo yo, es como reírse con una costilla rota: una mezcla angustiosa entre el humor y el dolor.

¿En qué momento se le despiporró al presidente Gustavo Petro el país en materia de seguridad?

Creo que a Petro se le despiporró el país en general terminando su primer año, en concreto, cuando echó a los ministros que representaban el centro y se quedó únicamente con sus militantes más furiosos. Los políticos de centro -Gaviria, Ocampo y Cecilia López- tenían algo de conocimientos técnicos y de método de Estado, dos asuntos que parecen un pecado en la tabla de valores del petrismo.

Con las incursiones de las disidencias de las Farc asaltando bancos y atacando estaciones de policía, ¿Cree que estamos de regreso al pasado?

En todo: Petro es un viaje a los años noventa. Su Gobierno sirve para que nos sintamos más jóvenes. Uno siente que en cualquier momento las alocuciones presidenciales las va a volver a dar Andrés Pastrana. No ayuda, además, que sigan dando Betty la fea y Pedro el escamoso. Y eso que falta el apagón que se nos viene. El cambio fue hacia atrás. Amanecimos en los noventa.

¿Usted cree que el presidente Petro es consciente de lo que está pasando en las regiones en materia de seguridad?

A veces creo que no y a veces creo que sí y que poco le importa porque su política de paz pasa por apostarle a una cosa general, sin marco, en la que un narcotraficante puede ser gestor de paz sin mayores requisitos, y viceversa. Dentro de esa concepción no hay exigencias ni pautas para que pasen a la paz y dejen de delinquir. Creo que los grupos armados tienen todo para mamarle gallo al Gobierno mientras las Fuerzas Armadas observan, porque el Presidente todo lo permite.

¿Por qué cree que no ha funcionado la ‘Paz total’, la política a través de la cual el Gobierno negocia la paz con varios grupos ilegalmente armados?

Uno puede estar de acuerdo con muchas causas del Gobierno pero casi con ninguno de sus métodos: ¿Quién no quiere que haya paz total, transición energética, justicia social, equidad? El lío es el cómo. En la ‘Paz total’ de Petro creo que lo que sucede es que no hay método, no hay una cartografía definida. El proceso de Juan Manuel Santos tenía un marco trazado, un grupo de personajes notables de la vida institucional como Humberto de la Calle Lombana, el general Oscar Naranjo y semejantes que tenían claras líneas rojas, los  tiempos, los mecanismos. Acá uno ve, en la mejor de las interpretaciones, voluntad. Y en la peor, desdén.

Sobre la decisión esta semana del Consejo Nacional Electoral de formularle cargos a la campaña presidencial de Petro por presunta violación de los topes electorales de financiación, ¿qué opina sobre la reacción del presidente Petro calificando el hecho como un golpe de Estado y llamando a un levantamiento popular?

Me parece absolutamente exagerada esa reacción. O mejor, me parece muy premeditada. El Presidente sabe que esa investigación jamás puede conducir a que lo bajen de la Presidencia. Está haciendo un escándalo internacional por una multa a su campaña. Creo que lo usa de distractor para no hablar de sus pocas obras de gobierno, por un lado, y para tener un relato de campaña para el 2026 desde la victimización, que es el rol que mejor interpreta: “Soy el mejor, el único que piensa en los pobres, pero los poderosos no me dejan gobernar”. Francamente, no veo cómo esta investigación del Consejo Nacional Electoral pueda terminar bajándolo del poder. Estoy seguro que él lo sabe.

En medio de este clima, ¿qué tan difícil es hacer humor crítico hoy en Colombia?

Muy difícil porque el ambiente está muy polarizado y algunos personajes del Gobierno promueven esa polarización, dentro de la que caben todas las formas de lucha: la difamación, las amenazas, los insultos. También sucede que mientras más caudillo sea el líder, más le teme al humor: porque el humor es un arma contra el fanatismo. Los fanáticos no dudan, no se ríen. Son solemnes. Quienes son capaces de reírse de los demás, no pueden ser fanáticos de nada. La risa reduce al político caudillista a su categoría humana, lo  vuelve risible. Y eso, en alguien que se cree un Mesías -sea Petro o sea Uribe- es muy grave para sus intereses.

¿Cómo recibe usted los permanentes ataques que de parte de los petristas recibe en redes sociales?

Por familia, tengo piel de elefante para soportarlos y me sucede, además, que en lugar de intimidarme, me inyectan energía para seguir. Y no lo respondo de forma retórica. Es así. No fui educado para autocensurarme. Al revés. Mientras más procuran que me calle, más ganas me dan de seguir riéndome en voz alta.

¿No resulta paradójico que muchos de los que lo critican hoy, eran los que lo alababan ayer, y que los que lo alaban hoy, eran los que lo criticaban ayer?

Totalmente. Incluso calumnias construidas por el uribismo de ayer son recicladas como propias por el petrismo de hoy. Pero a la vez me lo tomo como la prueba de que he hecho un trabajo de sátira sin militancia hacia ningún lado; que he sido capaz de criticar los abusos y excesos del poder sin importar quién lo ocupe. Y así debe hacerlo la sátira.

¿Qué le responde a quienes le ‘enrostran’ el ‘elefante’ en el Gobierno de su tío Ernesto Samper?

Que miren mi trabajo y vayan a mi obra para que miren cuál es mi relación frente a ese accidente que puede suceder en cualquier familia cual es tener un familiar en la política.

¿No se siente amenazado o que está en riesgo su integridad física?

A veces creo que sí, pero nada de eso ha conseguido considerar mi retiro del oficio que me gusta.

Usted que está bien informado de lo que pasa en la Casa de Nariño, ¿cómo cree que el presidente Petro recibe el humor y la sátira que se hace sobre él?

Como buen líder caudillista y mesiánico, solo le gusta el humor contra los demás, no contra sí mismo.

¿Cómo se imagina estos menos de dos años que le faltan de Gobierno a Petro?

Llenos de material. Para el humor, van a ser dos años maravillosos, una hemorragia de contenido insólito, discursos delirantes, actos absurdos: voladas a Panamá, a Marte para llevar tejido humano, y demás locuras de las que saldrá material.

¿No le asusta pensar que en 2026 Petro no quiera irse de la Casa de Nariño?

Con Petro solamente tengo dos sustos: que se quede o que se caiga… Es decir: todo con él es incierto.

Supongamos que Petro sí se va y hay elecciones, ¿quién cree que lo reemplazará?

Imagino que alguien que represente su antídoto: Petro al final, a la larga, está enterrando a la izquierda, y es injusto porque en ese sector podía haber gobernantes buenos y muchas de sus causas son valiosas.

¿Cómo le ha ido con Circombia?

Muy bien: hasta ahora llevamos 73 funciones agotadas en línea. En Bogotá ha sido un verdadero fenómeno y estoy feliz de traerla a Neiva.

¿Cómo lo han recibido los neivanos cada vez que viene?

Muy bien, la última vez que vine traje Con P de Polombia, la obra que contaba el Gobierno de Duque. Esta es más amplia: cuenta la historia reciente del país, desde Uribe hasta nuestros días. Pero se concentra mucho en los momentos finales, claro, en Petro.

Usted ha ‘calentado’ el ambiente retando al exalcalde de Neiva, Gorky Muñoz, a que vaya a su show, ¿cree que el exmandatario irá?

Pues eso espero: quiero que me demuestre con los audios en que pedía que le mostraran la cola fueron hechos en Inteligencia Artificial. Yo lo dudo mucho. Mi teoría es que esa es la voz real de él. Quiero preguntarle si se los estaba enviando a Mockus.

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