Las centrales de urgencias del régimen subsidiado de salud en Neiva, tienen una alta congestión. Usuarios denuncian esperas demasiado largas, mientras que los directivos afirman que existe sobredemanda en el servicio. Las centrales de urgencias del régimen subsidiado de salud en Neiva, tienen una alta congestión. Usuarios denuncian esperas demasiado largas, mientras que los directivos afirman que existe sobredemanda en el servicio. GINNA TATIANA PIRAGAUTA G. LA NACIÓN, NEIVA Una alta congestión de pacientes se registra en las centrales de urgencias del régimen subsidiado, en la capital del Huila. Sin embargo, en la ESE Carmen Emilia Ospina sede IPC, se denuncia el mayor tiempo de espera para la atención de los usuarios. Los ciudadanos de estratos uno y dos del suroriente de la ciudad, aseguraron que el tiempo para la atención inicial oscila entre las cuatro y cinco horas. En la sede de Las Granjas, en el norte de Neiva, manifestaron que hay días demasiados congestionados y por lo tanto, la consulta médica urgente es demorada. En la sede de Las Palmas fue recurrente la molestia de los usuarios para la adjudicación de las citas de medicina general, las cuales se realizan telefónicamente. Los ciudadanos entrevistados por LA NACIÓN, aseguraron que las consultas externas son muy difíciles de conseguir y que por esta razón, optan por acudir al servicio de urgencias. Los niños son los pacientes más recurrentes en las centrales de urgencias. Sin embargo, la atención a los pequeños tiene el mismo nivel de espera que el de un adulto. Las molestias más comunes de los pequeños son mareo, dolor abdominal y fiebres altas. IPC “Traje a mi hijo de 10 años porque tenía mucha fiebre. Llegué desde las 6:00 a.m. y son las 9:00 y aún no nos han llamado”, dijo Sandra Patricia Rojas, usuaria de la sede IPC. Ana Rubí Acosta, otra usuaria de la sede, manifestó mucho dolor en la cabeza y en todo el cuerpo. “Llevo aquí tres horas y todavía no me han valorado. Yo me voy a ir ya para mi casa, el servicio es pésimo.” ESE Doris Yaneth González, gerente de la ESE Carmen Emilia Ospina, reportó una sobredemanda de usuarios en los servicios de urgencias durante los dos primeros meses del año. De 16.000 consultas mensuales, las cuatro sedes atendieron a 22.070 pacientes. El incremento del 36 por ciento de pacientes obedecería, según la funcionaria, al brote de dengue que se presentó en la ciudad y al arribo a las salas de urgencias de personas no inscritas en la ciudad. Para contrarrestar las dificultades, la gerente estableció un plan de contingencia en el que se incluyó la contratación de un mayor número de médicos y auxiliares. Sin embargo, solicitó a los usuarios respeto por el personal de salud. González aseguró que muchos profesionales rechazan trabajar con las ESE, por las amenazas y ataques de los que eventualmente son víctimas, por parte de algunos usuarios molestos. La funcionaria aseguró que revisará las denuncias sobre las prolongadas demoras en la atención de los pacientes. Citas telefónicas Como un mecanismo útil y efectivo, fue catalogado por la gerente de la ESE, el servicio de asignación de citas telefónicas. Yaneth González aseguró que se implementó el call center para evitar la comercialización de las fichas para los turnos y las largas filas que tenían que realizar los usuarios desde tempranas horas de la madrugada. La funcionaria dijo que la ausencia de teléfonos en algunos hogares generaba la incomodidad de los usuarios. Señaló además que las citas se concedían en un lapso inferior a los cinco días y que tenían línea para consultas médicas y odontológicas por separado. Sin embargo, Sandra Patricia Hernández, usuaria de la ESE de Las Palmas, señaló que desde al año pasado busca infructuosamente obtener una cita médica para sus niños a través del call center. La madre de familia dijo que insistentemente ha llamado y no ha obtenido una respuesta positiva. “En días pasados le pregunté a la vigilante y me dijo que era el mismo número. Por eso uno tiene que venir hasta el servicio de urgencias, porque por teléfono es imposible una cita.” LA NACIÓN oye a la gente Rocío Vargas, usuaria del IPC. “Mi niño tiene mucho dolor abdominal y vómito. Llevamos aquí más de tres horas y nadie nos atiende. Le dije al vigilante que mi hijo estaba muy enfermo y me tiró la puerta en la cara. Me dijo que me quejara donde quisiera. A mí me preocupa es la salud de mi hijo.” Adriana Patricia Peña, usuaria del IPC. “Es la segunda vez que traigo a mi hija porque tiene mucha fiebre y malestar. Le dieron amoxicilina y me dijeron que volviera si la niña continuaba enferma. No le mandaron a hacer exámenes y tampoco me quieren dar los medicamentos.” Rubiela Reyes, usuaria Las Palmas. “Vinimos con mi nuera por urgencias, porque fue imposible que nos dieran una cita telefónicamente. Trajimos a la niña a terapias respiratorias porque está enferma del pecho.” Fidelina Díaz Palomino, usuaria Las Granjas. “Soy desplazada del Cauca. En la Alcaldía de Neiva me dijeron que aquí me atendían. Pero Los funcionarios dicen que no, y que sólo me van a mirar, pero que no me pueden hacer nada, ni dar medicamentos, porque no estoy inscrita. Yo tengo un oído enfermo, está muy maduro, me duele mucho y no tengo dinero.”