Construcción y riesgos

Aunque solamente se conocen los indicadores de Neiva, única ciudad donde existen curadurías urbanas, lo que se percibe y ve en el Huila es un verdadero auge de la construcción, tanto habitacional como comercial Aunque solamente se conocen los indicadores de Neiva, única ciudad donde existen curadurías urbanas, lo que se percibe y ve en el Huila es un verdadero auge de la construcción, tanto habitacional como comercial, lo que da muestras de una saludable economía, crecimiento de la inversión propia y foránea, y confianza en el presente y futuro de la región. Pero todo este panorama optimista no debe cegarnos frente a los riesgos que tal apogeo tiene y lo que ya hemos vivido antes en el país, padeció Estados Unidos y hoy padecen grandes economías europeas, debido a lo que los economistas denominan “burbuja inmobiliaria”: la crisis que comienza con un gran crecimiento de la construcción, ventas por doquier, créditos sin mayores garantías y luego el incremento de los precios de los bienes inmuebles muy por encima de los precios en general. La simple lógica del mercado, a mayor demanda del producto mayores precios. En los tres grandes centros poblados del Huila: Neiva, Pitalito y Garzón, especialmente los dos primeros, se observan numerosos proyectos habitacionales y comerciales con alta demanda, lo que incentiva a otros inversionistas a meterse en el negocio generando una notable dinámica que hace circular altos flujos de efectivo que, a su vez, estimulan al resto de la economía. Pero esa misma circulación de moneda crea los riesgos ya descritos y no tan nuevos en Colombia. Cuando los bancos y corporaciones financieras del país abrieron sus portafolios al mercado inmobiliario y se involucraron de lleno, ofreciendo acceso al crédito muy fácil, por todo el país se echaron campanas al vuelo. Después, terminando los noventa, nos llegó la crisis, la multitud de embargos fue de tal magnitud y el encarte con casas y apartamentos fue tan grande, que hoy una garantía inmobiliaria no es suficiente para convencer al banco de nuestra capacidad de pago. Por supuesto que no se trata de enfriar el ánimo ni de hacer de aguafiestas de los inversionistas y constructores; ellos habrán tomado todo tipo de precauciones, estarán adelantando sus planes de acuerdo con serios estudios de mercado, pero no sobra señalar oportunamente aquellos factores que deben tenerse en cuenta en estos momentos de efervescencia y calor. Además del café, que provee sustento a más de setenta mil familias en el departamento, la construcción es el mayor generador de empleo y crecimiento para la región, y su impacto le pega a casi todos los demás sectores. Y bien valdría que se tuvieran en cuenta no sólo a los estratos medios y altos en la oferta del momento. Si bien es el Estado el llamado a proveer solución a los más pobres, se están quedando por fuera los proyectos para estratos del uno al tres que constituyen el grueso del déficit habitacional. Y ya sabemos que son muy buenas pagas. DESTACADO “Pero todo este panorama optimista no debe cegarnos frente a los riesgos que tal apogeo tiene y lo que ya hemos vivido antes en el país”. Editotrialito El reto del Huila para mantener el primer lugar en producción, pero además para elevar los niveles de productividad es imposible si no se mejoran los programas de extensión. Reducir la inversión pone en riesgo la sostenibilidad del sector.