La Alcaldía de Neiva trasladó a 57 adultos mayores que se encontraban en el Hogar San Matías, hasta el reconocido hotel Matambo, ubicado en el centro de la ciudad. La decisión se debió, según Jaqueline Castillo, líder del programa al Adulto Mayor de Neiva, a la “terminación de contrato”.
María Alejandra Ruiz Mallungo
@amperiodista
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Un total de 57 adultos mayores fueron reubicados del hogar geriátrico San Matías al Hotel Matambo. Este antiguo y reconocido hotel, ubicado en el centro de la ciudad de Neiva, servirá como albergue “temporal” y será testigo de las vivencias de sus nuevos inquilinos. El traslado de los pacientes geriátricos del hogar se debió, según expuso Jaqueline Castillo Losada, profesional del programa del Adulto Mayor de la Secretaría de la Mujer, Infancia y Desarrollo Social de Neiva, a la “terminación del contrato con la entidad operadora”.
“Este traslado se debe a la finalización del contrato 955 de 2024, el cual tenía una vigencia de tres meses. Una vez concluido, se otorgó una prórroga de un mes adicional, cuyo vencimiento será este viernes. Por este motivo, nos notificaron sobre el fin del contrato, y decidimos trasladar a nuestros adultos mayores al Hotel Matambo”, explicó Castillo a LA NACIÓN.
La entidad que estaba a cargo de los “abuelitos” era la Cruz Roja Colombiana, seccional Huila, con quien el Municipio tenía un contrato vigente. “Fuimos notificados sobre su finalización y, por lo tanto, procedimos a buscar un nuevo lugar para trasladar a nuestros adultos mayores”, afirmó la funcionaria.
El traslado
“Realizamos este proceso el lunes 28 de octubre. Comenzamos a las 10 de la mañana, en colaboración con el equipo de la Cruz Roja y nuestro equipo interdisciplinario, que incluía psicólogos, la jefe de enfermería, fisioterapeutas y auxiliares de enfermería. Primero, sensibilizamos a los adultos mayores sobre su traslado, ya que estaban adaptados a su anterior lugar de residencia”, comentó Castillo.
Destacó que era importante concientizar a los residentes sobre el traslado, ya que, por razones de salud, movilidad e incluso por situaciones emocionales, los cambios abruptos pueden causarles incomodidad. “Luego, hicimos un empalme. La enfermera jefa de la Fundación San Matías se encargó de transmitir la información a nuestra auxiliar de enfermería, así como a los fisioterapeutas y psicólogos. De esta manera, se entregaron todos los pendientes y las pertenencias personales, las cuales son muy valiosas para ellos. El proceso de traslado se extendió desde las 10 de la mañana hasta las 7 de la noche”, argumentó Castillo.
Fin del contrato
En medio de música decembrina y actividades organizadas por enfermeras y psicólogas, los “abuelitos” mostraban ayer un alto grado de ánimo. La líder del Programa del Adulto Mayor comentó que el contrato con la Fundación San Matías había iniciado en septiembre de 2023 y se extendido hasta 2024, posteriormente se suscribió otro contrato de colaboración en junio de 2024, que se cumplió hasta el 22 de octubre del presente año.
“Los “abuelitos” estuvieron bajo el cuidado de la Fundación San Matías durante aproximadamente un año y medio. Cada vez que finalizaba un contrato, se firmaba uno nuevo, que a menudo incluía prórrogas”.
Respecto al costo del contrato mantenido con el hogar geriátrico San Matías, la funcionaria explicó que generalmente este tipo de convenios se establecen por tres meses y luego se prorrogan, con un valor cercano a los 900 millones de pesos.
Es temporal
Las 26 habitaciones del Hotel Matambo, que ahora sirven de refugio para los adultos mayores, serán, según explicó la administración municipal, una estadía temporal. Esto se debe a que se están llevando a cabo los trámites pertinentes para iniciar la licitación de una nueva fundación que les brinde la atención integral que merecen.
“La idea es que permanezcan aquí mientras se realiza todo el proceso de licitación y contratación. Estimo que estarán aproximadamente un mes en este nuevo lugar, si Dios lo permite. Una vez que se seleccione al nuevo operador, planeamos finalizar el proceso en aproximadamente un mes”, aclaró Castillo.
Acerca del presupuesto estipulado para este nuevo convenio, que se realizará una vez se escoja el nuevo hogar geriátrico, la funcionaria expresó que esto depende principalmente de la duración del contrato. “El monto total puede variar dependiendo de si el nuevo contrato es de tres o seis meses; por lo tanto, todo dependerá de ese factor”, dijo Castillo.
En relación con los requisitos que se exigirán a las fundaciones que liciten para el cuidado de los adultos mayores, Castillo comentó que “existen protocolos que deben cumplirse para garantizar la seguridad de nuestros adultos mayores”. Además, agregó que “nos basamos en la normativa vigente, que establece ciertos requisitos en cuanto al talento humano que contraten, así como en la formación específica en la atención integral a personas adultas mayores”.
Fundaciones de corazón
Desde el proceso de traslado de los pacientes, el pasado lunes 28 de octubre, hasta que se realice un nuevo convenio con otra entidad que preste el servicio, tres fundaciones de Neiva se han unido de manera voluntaria al cuidado de los pacientes, pues consideran que han “dado de todo a todos y es justo ayudarlos cuando lo necesitan”.
Así, la Fundación Caya, Servisalud y la Corporación de Acciones Positivas han demostrado su compromiso, acudiendo al llamado de la población mayor de edad, muchos de ellos rescatados de las calles o de hogares en situaciones de extrema insalubridad. “Contamos con el apoyo de varias personas a lo largo de todos los procesos. Ellos han estado atentos a nuestra labor y han realizado donaciones para poder atender a los abuelitos. Estas donaciones provienen de personas externas comprometidas con nuestra causa”, comentó Rosa Elena Salazar, representante de la Fundación Servisalud de Neiva.
La intención de los hogares para el adulto mayor es generar un impacto positivo en todas las personas de edad avanzada que requieren cuidados especiales. “Nuestra meta es generar un impacto positivo en todos nuestros adultos mayores, quienes han brindado tanto a lo largo de los años y merecen ser atendidos. Muchos de ellos son personas vulnerables, y algunos no tienen familia, encontrándose solos en esta etapa de sus vidas. Por ello, hemos decidido apoyar esta causa y contribuir a su bienestar a través de nuestro trabajo”, concluyó Rosa Elena.
¡Adelante Eduardo Salguero Flores!
Entre los adultos mayores trasladados del hogar geriátrico San Matías al hotel Malambo, en Neiva, se encuentra Eduardo Salguero Flores, a quien hace unos meses, la periodista Yamile Hamón, de LA NACIÓN Digital, realizó una entrevista en la que expuso su estado de soledad y abandono en las calles de Neiva.
Eduardo Salguero, de 84 años (nacido en 1941), vivió cerca de un año en las calles de la ciudad antes de ser internado en el hogar San Matías, al menos según las cuentas que él llevaba. Originario de Bogotá, fue profesor de álgebra en instituciones educativas como Washington School y Winston Churchill. Más tarde, decidió incursionar en el periodismo, con el apoyo de uno de sus hermanos, y trabajó durante 20 años en el periódico El Tiempo.
Aunque esos fueron sus años dorados, diversas decisiones en la vida lo llevaron a encontrarse, en su vejez, vendiendo bayetillas en las calles de Neiva. “Al salir a trabajar como vendedor, las cosas son muy diferentes; el ingreso es muy bajo y no alcanzaba para pagar el hotel, ni para alimentos ni vestimenta. Entonces, tuve la idea de sacar mi colchón al andén,” narró Eduardo.
Esto lo hizo para economizar sus escasos recursos, que diariamente le proporcionaba la venta informal. “Dormir en la calle era normal para mí; lo único que me está afectando es la salud,” expresó Eduardo sobre su dura realidad.
En medio de sus relatos, se mostró arrepentido por no haber ahorrado y por no haber guardado “para mañana”. Su situación de calle, según él, es una de las consecuencias de no pensar en el futuro.
Tras esa primera entrevista, y después de que el Huila y Colombia conocieran la desgarradora historia de Eduardo Salguero, él decidió, por voluntad propia, ser trasladado al hogar San Matías, donde comenzó su proceso de desintoxicación. Durante su estadía allí, fue complicado acceder a detalles sobre su estado emocional, físico y de salud. Sin embargo, ahora que se encuentra en el hotel Malambo, se observa que goza de buena salud y, sobre todo, tiene energía suficiente para pedir que lo dejen salir. Se mantiene sentado en la puerta que da a la calle, observando a quienes pasan.