Las cumbres climáticas, hasta hoy, carecen de balances positivos. Resulta lamentable. Con el transcurso del tiempo, se agudizan las causas y efectos de la alteración climática. Entre otros: deforestación, contaminación del aire, reducción de fuentes hídricas, calidad del agua para el consumo humano, anarquía en el uso del suelo, desastres naturales, desarrollos urbanos irresponsables, desprotección e invasión de rondas de fuentes de aguas superficiales, erosión desbocadas, desproporcionado crecimiento de consumo de energías fósiles, etc., etc.
Del desorden climático y sus efectos, solo se ocupan los gobiernos, cuando producen desastres relevantes. Pero no hay acciones preventivas y mucho menos para revertir las causas. El problema es global y sus efectos pueden convertirse en cataclismo planetario. Gobiernos, empresarios y organizaciones nacionales y mundiales, deben despertar y entender la amenaza.
Todas las naciones, deben institucionalizar políticas de estado, concretas para revertir causas del problema climático y para revertir sus efectos. Se deben tomar medidas de control, como políticas de estado, sobre todos los factores, que estimulan la aguda degradación del clima, en particular, contra la deforestación y sobre la incidencia directa y permanente, del factor humano.
El conocimiento de las causas y efectos, del problema climático y las acciones contra sus efectos, deben convertirlos en asignatura obligatoria, en todos los niveles de formación académica, desde el kínder, hasta los posgrados. La causa principal y básica es el hombre, con irracional e irresponsable uso que le ha dado a los suelos, y la naturaleza, desde que se iniciaron los asentamientos humanos en el planeta.
Estimaciones indican, que cada año se deforestan 340.000 hectáreas, en Colombia y cuantías similares, en todo el planeta. Hay información que señala en la época colonial, años 1.500-1.700, 90%, en el continente americano, las cuencas de los ríos, estaba cubierto por bosques y que hoy, se calcula, se ha reducido a 10%.
La vegetación, es el vestido, pulmón y protección de la tierra e instrumento de equilibrio, en la conservación del medio ambiente y la vida en el planeta. No hay argumentos válidos, que permitan contradecir o desconocer el orden natural, pero los seres humanos, dominados por cálculos mezquinos se han dedicado a destruir el orden natural del paneta, y los gobiernos han decidido ignorar la amenaza, en paras de garantizar la acumulación de riqueza.
Con fundamento en las anteriores consideraciones y la realidad de la amenaza climática presente, todos los gobiernos de todas las naciones del planeta y en consonancia con ordenamientos de la ONU, deben adoptar ordenamientos legales y efectivos y disposiciones para hacerlos cumplir, que garanticen el desarrollo de medidas y acciones que garanticen, la protección de los recursos naturales y el racional uso de los mismos.
Entre otros, en los países en desarrollo, los gobiernos deben proceder a:
- Ordenar que las multinacionales que desarrollan actividades que destruyen vegetación, deben reforestar, durante el tiempo de construcción de las infraestructuras del correspondiente proyecto, área equivalente al 200% del área intervenida. Esta obligación debe ser parte integral de la correspondiente concesión y licencia ambiental. Igualmente, dicha obligación debe recaer sobre los concesionarios viales y urbanizadores.
- A través y con los soportes legales y técnicos del ministerio del Medio del Ambiente, deben diseñar, tramitar e implementar, como políticas de Estado, la definición y conservación de todas las rondas de todas las fuentes superficiales de agua y que dichas rondas, no sean inferiores a 30 metros a cada lado de la fuente, para caudales medios, inferiores o iguales a 5.0 metros cúbicos por segundo y de ese volumen en adelante, el ancho de la reserva lateral, debe ser igual 50.0 metros más el valor numérico del volumen del caudal medio de la correspondiente fuente superficial.
- Declarar zonas de reserva las cuencas y sub-cuencas de alta pendiente, consideradas como tales, las superiores al 45%, sobre el horizonte.
- Lo planteado en el numeral 3, debe hacerse efectivo en el menor tiempo posible, y articularse mediante Ordenamiento sobre Uso de la Tierra a Nivel Nacional, estrictamente técnico-ambiental y debe complementarse con una Reforma Agraria Integral y los ordenamientos del uso del suelo, territorial, regional y local.
- El Estado colombiano, debe ordenar y hacer cumplir, que para los nuevos desarrollos agropecuarios, para agricultura y ganadería, únicamente puedan destinarse o usar suelos de superficie horizontal, ondulados y con pendientes que no superen los 45 grados, sobre la horizontal.
- Deben ordenar a los entes territoriales, disponer lo que corresponda, para garantizar la protección y recuperación de la vegetación nativa, en todas las áreas de alta pendiente, o sea, esas superficies a las que tiene que recurrir el campesino pobre, bajo la presión de los dueños de tierras planas, con la complicidad del mismo estado, en la mayoría de casos.
- Las Corporaciones Autónomas Regionales, deben ser reestructuradas a fondo y deben redefinirles expresamente funciones y controles precisos. En todos, los casos con sanciones severas, por incumplimiento de funciones. En las corporaciones ambientales regionales, hay mucho parasitismo burocrático. La politiquería, el clientelismo y la corrupción, en alta proporción, las ha cooptado.
La mayoría de ellas, no satisfacen el objeto para el que fueron creadas. Deberían articular y complementar sus funciones con supervisión y control de la calidad del agua para consumo humano. Informes oficiales recientes señalan (IRCA, Índice de Riesgo de Calidad del Agua para consumo humano), que el 90% de los colombianos consumen agua no apta para consumo humano.
La contaminación del aire y el ambiente en general, debido al consumo de combustibles fósiles (combustión interna o carburación), puede ser el más grave factor, a pesar que en las cumbres internacionales climáticas, lo ignoran, por conveniencia para las multinacionales del petróleo y la minería. Es un imperativo moral, ético, social y humanístico, la sustitución de consumo de combustibles, por energías limpias, en todo el planeta. La ONU, tiene la obligación de actuar, ante la cósmica amenaza.
El consumo nacional, en Colombia, ya superó los 340.000 barriles diarios (1 barril 42 galones). Si lo multiplicamos por los índices de producción de CO y CO2, que genera el consumo de cada galón de combustible fósil, carburado en el planeta, para la movilización de 1,700 millones de carros y 6.300 millones de motocicletas, diariamente, podemos dimensionar esa fuente de contaminación y difusión de calor a la atmósfera (BTU). Los ambientalistas, generalmente no se ocupan del calentamiento atmosférico, que al mismo tiempo genera el consumo de combustibles y que expelen por el exhosto, adicional al CO2 Y CO.
El aire caliente que expelen, no desaparece. Se difunde en la atmósfera y su potencial se puede calcular en unidades BTU. El planeta ya superó los 100 millones de barriles de consumo de petróleo por día (2022), y el 70%, del volumen de crudo refinado, se transforma en gasolina, diésel y Jet. Es la mayor fuente de contaminación y calentamiento atmosférico, traducido en amenaza de contaminación y calentamiento global.
El tema ambiental es muy amplio y complejo y por ello, facilita la especulación. Sus efectos son reales y la amenaza, es pocalíptica.