Ayer, con el inicio de la tradicional Novena de Aguinaldos, los hogares colombianos se encaminan a celebrar en pleno las fiestas de Navidad y fin de año y a incrementar, por consiguiente, el uso de la pólvora. Lamentablemente, el uso de la pólvora está muy ligado a estas festividades y a pesar de las campañas de prevención, menores y adultos la siguen empleando, con todos los riesgos que ello genera. Resulta increíble que los lesionados, sin comenzar los días fuertes de la época navideña, ya estén alrededor de los 500 en todo el territorio colombiano, según el documento Vigilancia Intensificada de Lesiones por Pólvora Pirotécnica realizado por el Instituto Nacional de Salud (INS).
Esa frase de que fin de año sin pólvora no es fin de año está mandada a recoger. Siempre deberá prevalecer la salud y la vida de las personas.
Y hay algo que debe quedar totalmente claro: es total responsabilidad de padres de familia y los adultos evitar que niños, niñas y adolescentes sufran lesiones, heridas, intoxicaciones, muertes y mutilaciones por el uso de la pólvora.
Por su parte, los padres de familia deben alertar a sus hijos acerca de los peligros y las consecuencias de manipular pólvora. Una buena estrategia es empezar por enseñarles con juegos a valorar todas las partes de su cuerpo y finalizar con el tema de los resultados o efectos que les puede causar una quemadura. Y lo más importante, es preferible que con sus familiares o amigos se ponga serio por unos segundos y les deje claro que no quiere pólvora cerca de los tuyos a tener que verlos afectados por quemaduras.
El compromiso es de todos para educar, sensibilizar e informar para evitar accidentes, pérdidas humanas y materiales por el mal uso de la pólvora.