El dedo en la llaga
Se ha armado gran revuelo en torno a la no invitación de Cuba a la Cumbre de las Américas que reúne a todos los países de la región básicamente por no cumplir con los criterios democráticos. Si llegase a asistir, probablemente los Estados Unidos no vendrían. Sin embargo, me pareció pertinente hacer un paralelo entre estos dos países para saber a quien se debe o no se debe invitar. 1. Familia gobernante. En Cuba desde hace 50 años gobiernan dos hermanos, Fidel y Raúl Castro. En Estados Unidos, desde hace 30 años la gobiernan dos familias, los Bush y los Clinton. 2. Aplicación de la pena de muerte. Pese a los diferentes tratados internacionales y declaraciones de la comunidad internacional para abolir la pena capital Cuba la sigue aplicando. En Estados Unidos sucede igual, especialmente en el Estado de Texas. 3. Garantías judiciales. En Cuba los opositores se quejan que son encarcelados sin un debido proceso, que sus juicios son eminentemente políticos y que no hay un sistema judicial justo. En Estados Unidos, los centenares de presos que tienen en Guantánamo no tienen derecho ni siquiera a un juicio, es decir, que bajo ese sistema de privación de libertad, ni siquiera se puede decir que hay un debido proceso parcializado y viciado porque prácticamente no existe. 4. Muertes en prisión. En Cuba los presos políticos hacen huelga de hambre para expresar su malestar con el régimen y algunos de ellos mueren por esa causa, mientras que en Estados Unidos, los presos de Guantánamo prefieren el suicidio a seguir viviendo bajos esas condiciones infrahumanas. 5. Otras comparaciones. En Estados Unidos hay libertad de expresión y de empresa, en Cuba no. En Estados Unidos, la salud es costosa e inaccesible, en Cuba es gratuita y universal. Los Estados Unidos han invadido Panamá, Vietnam, Afganistán e Irak, entre otros, mientras que Cuba nos ha invadido con su música y su sabor. Las cumbres lo que pretenden es fortalecer los lazos entre las naciones de la región, fomentar la cooperación entre los Estados y alentar la hermandad entre los pueblos. Planteadas así las cosas amigo lector, usted ¿a quien invitaría y a quien no?