Aunque algunos sectores intentaron distorsionar la información y presentar la COP16 en Cali como una disputa de poder e intereses políticos, esta, en realidad, representó una causa global que comparto y que lejos debe mantenerse de rivalidades y disputas políticas.
Gracias a la invitación extendida por algunas ONG vinculadas al sector ambiental, participé de diferentes actividades en el marco de la conferencia de las partes; estas se llevaron a cabo tanto en la zona azul, destinada a negociaciones formales, como en la zona verde, abierta al público en general.
Aunque Colombia no es de las economías más contaminantes, es uno de los tres países con mayor biodiversidad. Por esto resulta importante destacar el compromiso del sector empresarial y productivo con esta causa, evidenciado en los diálogos del Consejo Gremial Nacional.
Allí, temas como economía circular sostenible, sector agroindustrial biodiverso, transición energética e innovación para la biodiversidad, fueron ampliamente analizados. El Huila tuvo su representación con Germán Bahamón, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros.
Neiva, contó también con un valioso espacio dentro de la agenda académica, el cual estuvo a cargo de la CAM. Aunque muchos siguen sin conocerlo, el plan de ordenamiento y manejo de la cuenca hidrográfica del río Las Ceibas, único afluente del acueducto de nuestra ciudad, es un referente a nivel nacional e internacional.
El POMCA de Las Ceibas no solo ha permitido la recuperación de la cuenca del río, también logró modificar el ordenamiento productivo de la zona consiguiendo el fortalecimiento de su biodiversidad.
El 1 de noviembre finalizó la negociación con la participación de aproximadamente 200 naciones, destacando logros como la protección de áreas marinas vitales para la biodiversidad, el avance en educación ambiental y la creación del Órgano Subsidiario como instancia de decisión para comunidades locales.
Así mismo, la creación del Fondo de Cali para recolectar recursos para la conservación de la biodiversidad es considerada un triunfo, pero para mí, destaca más por su forma que por su esencia. Un verdadero avance habría sido desarrollar modelos de innovación financiera que realmente cumplieran con este objetivo.
La construcción de compromisos vinculantes sigue siendo un desafío, al igual que el reclamo de justicia ambiental que permita compensar a los países más afectados por la crisis climática y que son ricos, a su vez, en biodiversidad. Como es el caso de Colombia, un país en desarrollo.
Con todo, la COP16 puso a Colombia en el ojo de la gobernanza ambiental a nivel mundial. Aplausos para esta articulación institucional entre lo público y lo privado, como también para Cali, una excelente anfitriona.