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De Timochenko a Uribe y viceversa

Como los vehículos atollados en el fango, para poder salir de esa situación hay que meterles la doble. En realidad uno no sabe exactamente, si la intervención del jefe del cartel del narcotráfico más poderoso del mundo, le esté haciendo un mandado a Santos, su socio de andanzas, no propiamente por el camino de Emaús, y en forma tardía, refrita aun, invoque la presencia de Uribe, donde según el gobierno y la guerrilla, todo está acordado, violentando en forma repetitiva, los compromisos del gobierno con el pueblo colombiano, que indicaban, que nada está acordado hasta que todo este acordado.

Efectivamente como se ha sabido, faltan algunas “cosas menores”, pero todo está acordado, para “legalizar”, entre comillas, la entrega y la sustitución del Estado democrático, por el Estado narcodemocratico.

Nada tiene que hacer Uribe, en ese escenario de la Habana, cuando todo está acordado; es hacer otro sainete adicional, buscando vincularlo con todo aquello, desprestigiarlo, y subir las encuestas de esa dupla de la muerte Timosantos, y dar por descontado que el Presidente Uribe, con su presencia está legitimando esa barbarie institucional.

Todo está acordado, porque de no ser así, no hubieran adelantado los trámites en el congreso,  necesarios y suficientes, para “legitimar”, creen ellos, el reconocimiento del Estado colombiano, desde el congreso, eso sí a grandes velocidades, al paraestado narcoterrorista, contrario a lo que expresa Santos.

A tanto ha llegado la desfachatez y la irresponsabilidad, que acuden al Tratado de Ginebra, que implica el reconocimiento del estado narco guerrillero, le dan la categoría de Estado, y elevan a la calidad de “bloque de constitucionalidad”, incorporándolo a nuestra Constitución para que el futuro del país, siga siendo orientado bajo los parámetros interpretativos de ese “bloque de constitucionalidad”, absolutamente abortivo.

No solamente, se les reconoce capacidad constituyente a esos delincuentes de lesa humanidad, y de paso legitiman el estado narco guerrillero y legalizan la coca como el soporte económico del nuevo estado.

Prueba de ello, el avance de seis debates al proyecto de Acto Legislativo, cuando deben ser ocho, es decir, que se completan con esta legislatura. De dos legislaturas ordinarias diferentes, llevan legislatura y media.

Uribe no necesita ir, léanlo y escúchenlo, por fortuna habla claro aquí y en la Patagonia; no pretendan remediar el error histórico de no haberlo escuchado en su debida oportunidad, lo mismo hicieron con las víctimas, para pretender, con su presencia, ante la invitación extemporánea, convertirlo en notario de la sepultura de Colombia.

Por fortuna Colombia y la comunidad internacional han entendido el mensaje.