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Defensoría del Lector, Por Marta Eugenia López B.

Este año en tres eventos realizados en Colombia especialistas debatieron el futuro de los medios de comunicación, Un viraje necesario Defensora del Lector LA NACION E–mail: defensoradellector@lanacion.com.co Este año en tres eventos realizados en Colombia especialistas debatieron el futuro de los medios de comunicación, entre ellos el de los impresos: su relación con el poder y el tema publicitario. Gracias a Twitter pude seguirlos. Editores y directores de medios internacionales hablaron en Bogotá de contenidos informativos. De la publicidad se ocuparon otros analistas en  Cartagena y en Medellín de los medios digitales. Aquí la discusión se abrió hacia la continuidad de los impresos. En ninguno de los tres eventos desconocieron la importancia de mantener la confianza y credibilidad de los lectores, así como el deseo de atraer y cautivar un mayor número de ellos para permanecer y sostenerse en el mercado.  Son vitales: soportan la pauta publicitaria. Por la arremetida de los  medios digitales, diarios de tradición impresa, como LA NACION, se han visto obligados a plantear estrategias para cumplir ese propósito. En Bogotá indicaron que no existen fórmulas salvadoras y que cada medio está buscando salidas de manera creativa ante el colapso del modelo de negocios que llevó a los periódicos y revistas del mundo al éxito económico. Sin soporte publicitario es difícil: cuando no hay rentabilidad, la reducción de costos se refleja en un menor número de páginas, modificación de tirajes, menor producción de agregados, recortes en nómina… En este diario, caracterizado por su independencia económica, las áreas de publicidad y prensa están claramente delimitadas. Aunque a los periodistas no nos corresponde ofrecer ni firmar contratos publicitarios, sí nos asiste el deber de asumir un mayor compromiso con el periodismo de calidad que exigen los buenos lectores.  Es nuestra contribución obligada para conseguir el propósito. ¿Cómo? Apostándole como lo han hecho otros diarios a los reportajes de investigación y de profundidad que develen historias complejas, de gran impacto, para lo cual es requisito mantener la independencia: guardar las distancias con las fuentes de poder, interesadas en manipularlos. Si lo que ellas buscan  es resaltar lo bueno y esconder lo malo, a los periodistas nos corresponde desnudar lo que no es tan bueno. Como dijo Paul Steiger, director del medio digital ProPublica: la misión más importante del periodismo es el servicio que le presta a la democracia al revelar la verdad sobre el poder  pero, a diferencia del relato netamente noticioso, la investigación periodística requiere más tiempo y recursos. Contrario a lo que se espera, con los recortes esta clase de trabajos sufre, hasta se paralizan.  Con esto hay que tener cuidado. Para Javier Moreno, director de El País de España: “Un medio es lo que publica y también lo que calla” y para Fidel Cano, director de El Espectador: “Hacer un periodismo ‘light’ y barato” sería la muerte de su medio. “Antes que morir, el periodismo se está reinventando”, dijeron en las conclusiones del foro en la capital.  Al redefinir el norte y  hacer un viraje, cada redactor de LA NACION tendría que disponer de todas sus habilidades y talentos para apelar a la creación de nuevas formas que  ayuden a la gente a comprender con una mayor facilidad los temas, que necesariamente deben ser de impacto. Para ser más competitivos, la apuesta de los medios impresos ya no es el tráfico de información: es la profundidad, la investigación, lo dicen los gurús del periodismo, no yo.