Ha sido generalizado el rechazo a la decisión del Gobierno Nacional de incrementar en un 5.3% la Unidad de Pago por Capitación (UPC) para el sistema de salud.
Más allá de las obvias discusiones frente el tema, sobre todo por la evidencia incuestionable de que tan bajo aumento no tiene ningún sustento técnico, debe recordársele al país que la mayoría de los colombianos votó por “Gustavo el críptico” porque entre otras cosas se comieron entero el relato de que el problema de la salud eran las EPS y que debía quitárseles el dinero que supuestamente se estaban robando.
Si lo que deseaban los sindicatos de trabajadores del sector salud era que el Estado manejara los recursos, pues así se hizo, consiguiendo que la gran mayoría de los colombianos se encuentren afiliados a EPS intervenidas por el Gobierno. La obvia consecuencia: se acrecentaron los atrasos en los pagos a las IPS y proveedores, que a su vez, han provocado mayores demoras en los pagos de salarios y honorarios a contratistas.
Los que se quejaban de manera rabiosa por lo que denominaban un mal servicio de las EPS porque no daban las citas de manera inmediata o entregaban los medicamentos incompletos, ahora ni con tutela dan las citas. Y una parte de los medicamentos, sobre todo los de enfermedades de alto costo y huérfanas, no se consiguen.
Quienes llamaban a las EPS intermediarias que disfruten de la ADRES pagando la gran mayoría de atenciones con más morosidad de la que teníamos antes y de la reducción de la disponibilidad de servicios que se ha venido dando por la quiebra de muchas IPS.
A un expresidente le endilgan tener sus manos untadas de la sangre de los falsos positivos y desaparecidos, pues ahora entre “el críptico”, “Carolina la breve” y “el sirifico Guillermo Alfonso”, tendrán más muertos a sus espaldas y sin disparar un solo tiro, solo les bastó con acabar con el sistema de salud para generar más crímenes que aquellos que le endosan al “gran colombiano”.
Queda rogar que no padezcamos ninguna enfermedad hasta el 7 de agosto de 2026 o tener el dinero suficiente para pagar una póliza de salud o medicina prepagada, porque de nada sirve habernos dado cuenta que estábamos mejor antes. Esa reacción es tardía y el daño está hecho, sin que se vislumbre solución alguna para resolver los problemas de salud que aquejan a los colombianos.