La denuncia por parte de un judicante por presunto caso de acoso sexual dentro de las instalaciones de la Secretaría de Movilidad de Neiva, ha encendido las alarmas sobre la violencia de género en el ámbito público. El episodio llevó a que la Universidad Surcolombiana elevara una queja formal ante la dependencia adscrita a la Alcaldía Municipal.
María Alejandra Ruiz Mallungo
@amperiodista
Un presunto episodio de acoso sexual en la Oficina de Cobro Coactivo de la Secretaría de Movilidad en Neiva, ha encendido las alarmas sobre los casos de violencia de género en las entidades públicas de la ciudad.
La agresión fue denunciada por una joven estudiante de Derecho de la Universidad Surcolombiana que adelanta la judicatura en esta dependencia adscrita a la Alcaldía Municipal y que funciona en las instalaciones de Surabastos. Los hechos están consignados en dos documentos a los que tuvo acceso LA NACIÓN.
La denuncia
“El día martes 16 de julio en horas de la mañana en la Oficina de Cobro Coactivo de la Secretaría de Movilidad de Neiva, el contratista… iba subiendo las escaleras detrás de mí (subiendo de una oficina de cobro coactivo a otra) y me tomó por detrás en las caderas, yo me volteé para quitarle las manos y me intentó forzar a besarlo agarrándome el rostro con fuerza, por lo cual, yo para que no pasara lo forcejeé y casi nos caemos de las escaleras”, dice parte del fragmento en el documento.
En la misma narración, que hace la víctima a su superior inmediato de la facultad a la que pertenece, expone que le escribió a su agresor a través de mensaje de WhatsApp “especificando que yo nunca le había dado ese tipo de confianza y que por ende no me parecía un acto de gracia, sino de acoso”, minutos después de haberle reclamado su acción y exigiéndole que “¡No me volviera a tocar!”, cuando habían entrado a la oficina donde laboraban los dos, a pesar de las advertencias, el presunto agresor, al parecer continuó asediando a la practicante.
“Sin importarle lo acontecido con anterioridad el contratista se fue a mi escritorio y se puso detrás donde empezó a decirme –que dejara tanta vaina, que por qué no me había dejado, si es que mi marido no me dejaba-“, expone la víctima.
La mujer, al ver que la situación se tornaba insoportable y continuaba la insistencia del sujeto, decidió hablar con la supervisora de su contrato para que ella le hiciera un llamado de atención al contratista.
“A lo que ella me respondió que no podía hacerlo por escrito. Ella lo intervino presencialmente, adicionalmente solicité un cambio de oficina ya que en el piso de abajo existe otra oficina de la dependencia, sin embargo, ella no accedió a mi solicitud, argumentando que no podía incomodar a mis compañeros de abajo por el hecho de que a mí me estaba incomodando el contratista”, concluyó la víctima.
Tomar medidas
Esta situación provocó un choque entre la administración municipal y la Universidad Surcolombiana a la que pertenece el judicante, pues, luego de poner en conocimiento lo acontecido dentro de la Secretaría de Movilidad, exigieron tomar medidas contundentes.
“Considero que la Secretaría de Movilidad debe tomar medidas inmediatas y eficaces para brindarle a nuestra estudiante las garantías necesarias y mínimas de no (re) victimización, de seguridad y de acompañamiento, para la situación de violencia que nos denuncia, en articulación con nuestra casa de estudios y el comité operativo para la atención inmediata”, finaliza la misiva firmada por el decano encargado de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Usco, Alberto Polanía Puentes.
Activación de ruta
Luego del pronunciamiento de la Usco, la secretaria Edna Johana Cruz, pasó el caso a la Secretaría de la Mujer, Infancia y Adolescencia de la ciudad, solicitando la activación inmediata de la ruta de protocolo para la prevención de violencia contra la mujer y basadas en género.
Al final del documento expone que: “La situación reportada será tratada con la seriedad y diligencia que amerita y se garantizará que las medidas adoptadas sean efectivas para prevenir cualquier forma de violencia y discriminación en nuestra institución”.
No impunidad
Desde el Concejo de Neiva, también hubo voces de rechazo respecto a esta o cualquier situación de posible violencia sexual dentro de las instituciones públicas de la ciudad. “Como concejal de Neiva y como ciudadano normal, no debemos permitir esta clase de acoso, a la mujer no se toca, a la mujer se respeta, y tenemos que respetar porque pues nosotros como concejales, debemos estar muy pendientes, y muy atentos, yo estoy muy atento que se lleve a fin y que claramente se logre resolver estas denuncias, para que no queden en la impunidad”, dijo el concejal Jesús Garzón Jr.