Se han revelado las cifras de incidencia de la pobreza y la desigualdad en el país, con los datos oficiales del DANE, en los que no sale bien librado el departamento del Huila aunque presenta algunas mejoras en ciertos indicadores con un octavo lugar en más pobreza, el sexto con niveles altos de pobreza extrema y el cuarto con mayor desigualdad en Colombia, en los resultados de 2011 comparados con 2010. Se han revelado las cifras de incidencia de la pobreza y la desigualdad en el país, con los datos oficiales del DANE, en los que no sale bien librado el departamento del Huila aunque presenta algunas mejoras en ciertos indicadores con un octavo lugar en más pobreza, el sexto con niveles altos de pobreza extrema y el cuarto con mayor desigualdad en Colombia, en los resultados de 2011 comparados con 2010. Según el DANE, la incidencia de la pobreza en el país para 2011 fue de 34,1% y al desagregar el indicador por regiones se encuentra una alta disparidad, que refleja a las claras la misma o peor desigualdad que hay entre todos los colombianos. Por ejemplo, el impacto en Chocó fue del 64%, casi el doble del promedio nacional, mientras que en Bogotá D.C., con un 13,1%, la cifra es menor a la mitad de la cifra general. En cuanto al Huila, el departamento ocupó el octavo lugar de pobreza con el 48,2 por ciento, es decir más de 14 puntos porcentuales por encima del promedio nacional, aunque sí debe destacarse una reducción, ya que en 2010 fue del 53,3%, y se va superando paulatinamente puesto que en 2009 este porcentaje fue de 57,5 y un año antes había sido de 58,5%. Puede afirmarse entonces que, por primera vez en muchos años, menos de la mitad de la población opita está en la pobreza, resultado que si bien es un avance sigue siendo una gran vergüenza después de más de un cuarto de siglo de una supuesta bonanza de recursos petroleros. Con todo el caudal de recursos que llegaron por esa vía, hoy el departamento debería mostrar mejores cifras de disminución de pobreza, de alto cubrimiento efectivo de salud, educación, saneamiento básico, agua potable y vías, pero la realidad nos muestra cosas distintas y peores. En ese sentido podemos compartir el dicho del “mal de muchos, consuelo de tontos” al compararnos con regiones que también gozaron de buenas épocas de dinero por montones gracias a la minería, como Córdoba y Guajira, cuyos indicadores de pobreza son más malos que los nuestros. Y en el caso especial del llamado “indicador Gini”, que mide la distancia que hay entre los más pobres y los más ricos, las cifras opitas sí que llaman a una vergüenza adicional: ocupamos el quinto lugar entre las regiones más desiguales, apenas superados por Chocó, La Guajira y Córdoba. Este índice, usado en todo el mundo, también sigue siendo muy alto en el promedio nacional lo que ratifica, lastimosamente, a Colombia como una de las naciones de mayor desproporción entre los que menos y más tienen como recursos materiales. Mientras el país, que es altamente desigual, tiene un índice de 0,548 (entre más se acerque a 1,0 más desigual es), el Huila es aún más disímil entre su población rica y pobre: la cifra es de 0,555 en tanto que, curiosamente, nuestro vecino Caquetá, al que solemos mirar por encima del hombro, es el segundo menos desigual sólo superado por Cundinamarca. Mucho, muchísimo aún por hacer para lograr un real equilibrio social. Según el DANE, la incidencia de la pobreza en el país para 2011 fue de 34,1% y al desagregar el indicador por regiones se encuentra una alta disparidad, que refleja a las claras la misma o peor desigualdad que hay entre todos los colombianos.