La Nación
COLUMNISTAS

Despedida al compadre Felipe, Por Eduardo Gutiérrez Arias

El pasado jueves murió en la ciudad de Bogotá el artista huilense Lizardo Díaz, El pasado jueves murió en la ciudad de Bogotá el artista huilense Lizardo Díaz, quien junto con Jorge Ramírez conformó en el año de 1950 el dueto cómico/musical ‘Los Tolimenses’ en el que el primero pasó a llamarse Felipe y el segundo Emeterio. Este dueto se mantuvo con una alta sintonía en radio y televisión hasta el año de 1992, cuando fue disuelto por los problemas de alcoholismo de Emeterio quien murió en el año 2002. Los Tolimenses fueron los mejores embajadores del Tolima Grande (Huila y Tolima) divulgando ante el país y el mundo el folclor campesino de esta tierra durante la segunda mitad del siglo XX. Creo no equivocarme al decir que junto a Jorge Villamil Cordovez, fueron los más destacados exponentes de la cultura del Alto Magdalena en esos 50 años que vieron el tránsito de un país rural a otro urbano. En 1950 Colombia, al igual que toda su región sur, eran aún un país patriarcal en el que vivían 12.600.000 habitantes de los cuales el 61.3% (7.690.000 personas) residían en los campos y sólo el 38.7% (4.910.000 personas) vivían en la parte urbana. Por eso era un país que recibía con mucho agrado la música rural andina con sus bambucos, guabinas y torbellinos que le cantaban a la naturaleza, al paisaje, a la mujer campesina. Si esa música se mesclaba con los cuentos de la picaresca rural resultaba un cuadro folclórico capaz de generar simpatía y adhesión no sólo en el país sino incluso en el exterior, muy especialmente entre los latinos llegados a otras latitudes. Hoy Colombia es otra. Su población ha ascendió a 46.000.000 millones de habitantes y de ellos 34.500.000 (el 75%) viven en las ciudades y sólo 11.500.000 (25%) residen en los campos. Al acompañar al compadre Felipe al descanso de su última morada, tenemos que decirle también adiós a un mundo que se fue. Los mayores de 50 años que tanto nos divertimos con Los Tolimenses, paulatinamente vamos entregando nuestros restos a su última morada. Los jóvenes de hoy se están criando en un país urbano donde ha surgido otra cultura. Seguramente los más cultos, apreciaran los bambucos y torbellinos como herencia cultural de sus mayores, pero sus fibras íntimas ya no vibran con ellos. Son el Rock, el Pop y los ritmos urbanos que han evolucionado hacia ellos como el bolero/pop y la balada/pop, los que representan mejor su mundo de goce estético. Muchas de las canciones de Emeterio y Felipe o de Villamil, llevan en su esencia la nostalgia de una época que está dan paso a otra nueva. Por eso se van las espumas, lloran los guaduales, y encuentran sin vida al pescador barquero.