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Despedida al maestro Farid Campos. Por Heriberto Carrera Valencia

El lunes anterior falleció en esta ciudad el profesor Antonio Farid Campos Polanía, nacido en Palermo, quien desde su más temprana juventud se inclinó por la docencia, habiéndose preparado a conciencia para cumplir con tan noble misión. Hizo su normal en Ibagué, después, en la Universidad de la Sabana  obtuvo la licenciatura en administración educativa superior, para proseguir con su formación en la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, donde obtuvo el postgrado en dirección prospectiva y estratégica de las organizaciones universitarias y en la Corporación Universitaria del Huila hizo el diplomado sobre docencia universitaria. Este reconocido educador le sirvió a la juventud desde diferentes posiciones, pues laboró en el Colegio Nacional de Santas Librada, en el  Liceo de Santa Librada, posteriormente estuvo en el Colegio José María Rojas Garrido como rector; también ejerció por varios lustros como secretario de la Corporación Cultural José Eustasio Rivera y en la Corhuila fue uno de sus fundadores, habiendo actuado por largo tiempo como jefe de registro y control, sirviendo, además, como secretario del consejo superior. Además, este maestro fue un consagrado lector y escritor de varias importantes obras, pues su mente inquieta no tenía límites. Dejó  constancia en varios poemarios, redactó un proyecto educativo institucional, otro bajo el rótulo de “Conversación en el diván, huellas del pensamiento a través de los paradigmas” y, como si fuera poco, escribió la novela titulada “José Eustasio Rivera, hombre de conciencia verde, ideológica y política”. Su obra, impresa en abril de 2011 bajo el patrocinio de Corhuila, la denominó “Auténtico, vigente y prospectivo pensamiento bolivariano”, en donde  criticó constructivamente  nuestro desprecio por el ideario de Simón Bolívar por darle la libertad del yugo español a cinco repúblicas latinoamericanas. En este libro, como invocación para que las nuevas generaciones recobren el ideario del genio de América, legó la siguiente consigna: “Doscientos años de equivocaciones en su desarrollo han  dejado gran brecha que reclama perentoriamente la aplicación de su auténtico pensamiento”. A su esposa, hijos, nietos y demás allegados, expresamos nuestros sentimientos de condolencia, pues se ha ido de este mundo uno de los más destacados educadores que le ha dado el Huila a la educación en Colombia. En Corhuila, con cariño,  siempre le rendiremos homenaje a su memoria.