El ministro de Educación, Alejandro Gaviria, hizo duros cuestionamientos a la reforma a la salud que planea radicar el Gobierno Petro en el Congreso de la República. El funcionario fue contundente y señaló que destruir el sistema actual “sería un suicidio”.
Redacción Web/LN
La reforma a la salud sigue siendo uno de los temas más polémicos del Gobierno Petro. El ministro de Educación, Alejandro Gaviria y quien fue en el pasado ministro de Salud, dio su opinión, asegurando que destruir el sistema actual “sería un suicidio”.
“Casi todos los hogares están protegidos financieramente: una enfermedad no implica una quiebra familiar, ni obliga a la liquidación de activos. Un puñado de hospitales están entre los mejores de la región. Los sistemas de información se han sofisticado como resultado de décadas de trabajo. El manejo de muchas enfermedades crónicas es ejemplar. En los mejores hospitales privados se atienden personas de todos los orígenes socioeconómicos. En fin, el sistema actual es producto de treinta años de innovación y trabajo colectivo. Destruirlo sería un suicidio”, se lee en un texto que se filtró.
Por otro lado, Gaviria aseguró que el proyecto parte de una “lógica extraña” pues a su juicio plantea “destruir lo que funciona en las ciudades para supuestamente arreglar lo que no funciona en las regiones”. Además, insiste en que debe haber un “diagnóstico claro” para no hacer daño a los colombianos.
Y añadió que la propuesta de convertir a la Administradora de los Recursos del Sistema General (Adres) en una gran EPS pública tiene enormes riesgos para los pacientes, pues no existe una ruta de atención clara y podrían quedar a la deriva. Anticipó, además, que las congestiones y los problemas de atención se profundizarán con el nuevo esquema.
Defiende el sistema actual
Por lo anterior, el ministro defiende el actual sistema de salud sobre el que reconoce que necesita algunas correcciones para mejorar la atención a los pacientes, pero al mismo tiempo advierte que los problemas financieros están presentes en todos los modelos como los sistemas europeos que están al borde de la quiebra.
Insiste en que volver a un sistema donde existe un pagador único público podría tener consecuencias desastrosas y recuerda la mala experiencia con el viejo seguro social, el Fosyga, o la posibilidad de que los carteles de la hemofilia, el VIH o los enfermos psiquiátricos podrían “repetirse a una mayor escala con la actual propuesta de la reforma”.