La desviación de dineros que hacían parte de los 25 mil millones de pesos del endeudamiento del Municipio de Neiva, en el último año del gobierno del entonces alcalde Gorky Muñoz Calderón, no solo genera indignación en la comunidad sino desconfianza en el manejo de los recursos públicos.
Y es que esa desviación de recursos, $4.135 millones, que debían ser destinados a proyectos específicos y fueron utilizados para pagar la nómina, dos contratos de obra y un contrato de suministro, fue hallada en una auditoria especial de fiscalización de la Contraloría Municipal de Neiva.
Esta utilización indebida de los recursos, que tenían un fin específico y era apalancar financieramente ciertas obras, no solo pone en riesgo esa plata, sino que también cuestiona la transparencia y la gobernanza en la administración municipal.
La confianza de los ciudadanos en la administración pública se ve gravemente afectada por este tipo de acciones. La transparencia y la rendición de cuentas son fundamentales para mantener la credibilidad y el apoyo de la comunidad.
Es fundamental que los organismos de control tomen medidas para garantizar que este tipo de desviaciones no vuelvan a ocurrir. Esto incluye la implementación de mecanismos de control más estrictos y la promoción de una cultura de transparencia y responsabilidad en la administración pública.
La colaboración entre la comunidad y las autoridades es esencial para reconstruir la confianza y asegurar que los recursos públicos se utilicen de manera adecuada y eficiente.