Personas con antecedentes familiares de enfermedad renal, diabetes mellitus, hipertensión, mayores de 50 años, son los más propensos a desarrollar la enfermedad renal crónica. Personas con antecedentes familiares de enfermedad renal, diabetes mellitus, hipertensión, mayores de 50 años, son los más propensos a desarrollar la enfermedad renal crónica. La anemia renal es una de las complicaciones asociadas a la ERC. En Colombia se estima que 4 millones de personas padecen esta enfermedad. LA NACIÓN, Bogotá Este próximo jueves 8 de marzo se conmemora el Día Mundial del Riñón, un órgano cuya función principal es eliminar las sustancias tóxicas del cuerpo, y ayudar a regular las concentraciones de agua y electrolitos en la sangre. Los riñones también ayudan a controlar la presión arterial, a producir células rojas de la sangre y a mantener los huesos sanos. Una de las principales patologías asociada al riñón es la Enfermedad Renal Crónica (ERC), que consiste en una pérdida progresiva de la función renal, y ocurre por etapas, de la más leve a la más severa, basada en la tasa de filtración glomerular (TFG) (tasa en que la creatinina, un residuo, es despejada de la sangre por los riñones). En un comienzo, la función del riñón puede verse levemente afectada y tal vez no se observen síntomas específicos. Sin embargo, después de un período que puede ser de algunos meses o varias décadas, la función del riñón puede deteriorarse de tal manera que el paciente necesite de manera permanente una terapia de reemplazo renal, como el trasplante de riñón o la diálisis, procedimiento que filtra los residuos de la sangre. Además, la ERC está fuertemente ligada a otros problemas de salud, como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares (ECV), siendo la presión arterial elevada, el principal factor de riesgo, debido a la sobrecarga de líquidos y a la producción de hormonas vasoactivas. Los pacientes con ERC y enfermedades cardiovasculares, tienden a tener un pronóstico mucho peor que los que presentan solamente estas últimas. De acuerdo con estimaciones de la Asociación Colombiana de Nefrología, 4 millones de colombianos sufren de ERC y de estos alrededor de 1,6 millones padecen anemia de origen renal. La entidad estima que cerca de 21.735 personas reciben tratamientos de diálisis, mientras que otros 29.680 se encuentran en tratamiento de pre-diálisis. Anemia renal, una de las complicaciones de la ERC La anemia es caracterizada por un nivel anormalmente bajo de hemoglobina, la proteína que transporta el oxígeno y que está alojada en los glóbulos rojos. En el laboratorio, esta es identificada cuando el nivel de hemoglobina del paciente cae por debajo de su límite normal, privando al cuerpo del oxígeno necesario para funcionar de manera normal. Se estima que cerca de dos tercios de los pacientes que hacen tratamiento de diálisis tienen anemia renal, y que las mujeres tienen dos veces más probabilidad de sufrir esta enfermedad que los hombres. Aunque en la mayoría de los casos las personas que padecen la enfermedad pueden continuar con su vida normal sin ser diagnosticados, la anemia renal deteriora seriamente su calidad de vida. Los síntomas más comunes son fatiga, debilidad, depresión, función cognitiva deteriorada, falta de aire por esfuerzo, riesgo de anomalía cardiaca, entre otros. Así mismo, deteriora la función sexual y disminuye la capacidad de ejercitarse, lo cual afecta la salud general y reduce las oportunidades de rehabilitación. Además, la anemia renal contribuye al desarrollo de la enfermedad cardiovascular porque obliga al corazón a trabajar más de lo normal para entregarle oxígeno al cuerpo. Con el tiempo, el corazón se expande para compensar la carga de trabajo extra, y esa forma de compensación reduce la eficiencia del bombeo y aumenta su tensión. Desde hace algunos años el reto de la medicina consiste en lograr que el paciente con ERC pueda mantener estables los niveles de hemoglobina para prevenir las complicaciones de la anemia o de la ERC. En este sentido, los nuevos tratamientos, basados en medicamentos de última generación, estimulan la eritropoyesis ayudando a la producción de glóbulos rojos, manteniendo los niveles de hemoglobina dentro de los parámetros recomendados. Trasplante de riñón, opción segura El trasplante renal es considerado como uno de los principales avances terapéuticos en los últimos 50 años. La principal ventaja del trasplante respecto a la diálisis es que restituye o normaliza todas las funciones del riñón y garantiza la rehabilitación satisfactoria del paciente. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Salud, en el 2010 de los 1.173 trasplantes de órganos realizados en el país, 868 fueron de riñón, lo cual indica que el 74% de los procedimientos realizados durante ese año fueron renales. Durante el periodo enero-septiembre de 2011 se realizaron 606 trasplantes de riñón frente a los 633 del mismo periodo del año 2010, que representan una disminución de 4,5%. Como en cualquier procedimiento quirúrgico, una buena recuperación es fundamental para garantizar el éxito de la cirugía y la adaptación del cuerpo al nuevo órgano, proceso en el cual los medicamentos especializados cumplen una función clave. Los últimos desarrollos en este campo dan como resultado una serie de fármacos especializados que ayudan a controlar el sistema inmunológico, con lo cual previenen el rechazo agudo y crónico al nuevo órgano, lo protegen mejor a largo plazo, y disminuyen la frecuencia de aplicación frente a otros tratamientos. Estos nuevos desarrollos contribuyen a reducir la tasa de rechazo del 50% al 10% aproximadamente. Así mismo, existen otro tipo de fármacos que son eficaces en la prevención de infecciones asociadas al trasplante de riñón (como la infección por citomegalovirus), y le permiten al paciente una satisfactoria recuperación. ¿Por qué cuidar los riñones? – Las personas con ERC (Enfermedad Renal Crónica) son 10 veces más propensas que las personas saludables a morir de paros cardiacos y accidentes cerebrovasculares. – La ERC es una “enfermedad silenciosa” – la mitad de la gente que la padece no lo sabe. – La ERC puede detectarse tempranamente con pruebas muy sencillas. – La detección temprana y el tratamiento de la anemia asociada a ERC pueden detener su progresión y reducir el riesgo de eventos cardiovasculares.