El gobierno y las FARC reanudaron este lunes el diálogo de paz en La Habana tras una pausa unilateral, con duras críticas de los rebeldes a la propuesta del presidente Juan Manuel Santos de someter a referendo en 2014 un eventual acuerdo.
"Un acuerdo de paz no es un asunto que se pueda definir de manera unilateral, así como el mecanismo de refrendación", dijo la guerrilla en un comunicado leído por su jefe negociador, Iván Márquez, tres días después de que su delegación se tomara una "pausa" en los diálogos para analizar la propuesta del referendo.
Márquez, que es el número dos de las FARC, añadió que "el mecanismo de refrendación (del acuerdo) no es aspecto que pueda ser resuelto solamente por el gobierno", pues "la paz no debe tener forma de embudo".
"Tomarse esas atribuciones (del referendo) es flagrante violación del acuerdo general firmado en La Habana" hace un año, indicó Márquez, subrayando que "a pesar de las circunstancias las FARC se mantendrán en la mesa" de diálogo.
La propuesta del referendo -que tendría lugar en 2014 el día de las elecciones legislativas (marzo) o presidenciales (mayo)- "no es vinculante, no la acompañamos, ni sujetamos los diálogos y sus resultados a dicha decisión unilateral", aseveró.
Las negociaciones de paz, iniciadas en noviembre de 2012, buscan acabar un conflicto armado de casi medio siglo que ha dejado unos 600.000 muertos y más de tres millones de desplazados, y la pausa causada por el referendo ha sido su única interrupción.
"El incidente ya ha sido superado", dijo a la AFP en Bogotá el analista León Valencia, director de la Fundación Paz y Reconciliación.
"El gobierno pensaba presentar a la mesa de conversaciones en Cuba el proyecto para referendo, pero la información se filtró antes y por eso Santos tuvo que anunciarlo", dijo Valencia, quien afirmó que "el gobierno ha hecho una evaluación positiva del desarrollo de las conversaciones y cree que (un acuerdo) pueda estar listo antes de final de año".
La guerrilla insistió este lunes en su demanda de una Asamblea Constituyente que, entre sus atribuciones, pueda resolver asuntos en los que no haya acuerdo entre el gobierno y los rebeldes.
"¿Por qué el gobierno le tiene miedo a la Constituyente?", se preguntó Márquez, quien dejó en claro que "no habrá sometimiento de las FARC en ningún marco jurídico con diseños unilaterales".
El "marco jurídico para la paz" es otra iniciativa de Santos que ya fue avalada por el Congreso, pero necesita la luz verde de la Corte Constitucional.
La delegación del gobierno, que preside Humberto de la Calle, no hizo declaraciones este lunes a su llegada al Palacio de las Convenciones de La Habana, sede de los diálogos, en los que Cuba y Noruega son garantes, y Chile y Venezuela acompañantes.
El máximo líder de las FARC, Timoleón Jiménez ("Timochenko"), dijo el fin de semana que Santos ofreció a las FARC que algunos dirigentes integren directamente (sin ser elegidos en comicios) el Congreso que apruebe un eventual acuerdo de paz, pero lanzó la propuesta del referendo sin esperar la respuesta de la guerrilla.
Márquez dijo este lunes que "el regalo de las curules no lo queremos, si es con el precio de que, mientras algunos de los nuestros van al Congreso, a otros se les destine a ocupar sitios tras las rejas o condenados a la extradición" a Estados Unidos.
Valencia -quien destacó que "el gobierno está muy dispuesto a darle participación política a las FARC"- indicó que los rebeldes insisten en la Constituyente "a sabiendas de que el gobierno no la aceptará bajo ninguna circunstancia (…), porque creen en la Constituyente en sí misma, y además porque se convierte en un mecanismo muy fuerte de negociación. Se parte de muy alto y se puede conseguir mucho".
En La Habana ambas partes han discutido hasta ahora dos puntos de una agenda de cinco: el desarrollo rural (ya consensuado) y participación política, actualmente en debate.