El gobierno de Colombia y la guerrilla de las Farc cruzaron recriminaciones ayer sábado al cierre de un ciclo de diálogos de paz en La Habana, aunque ambas partes destacaron que lograron "avances" en las negociaciones para acabar un conflicto de casi medio siglo.
"Quienes transitan a la democracia deben dejar las armas. Esto es el fin de la combinación de todas las formas de lucha", advirtió a su contraparte el jefe negociador del gobierno, Humberto de la Calle, quien sin embargo destacó que "nunca se había llegado tan lejos" en una negociación con las Farc.
"Paso a paso esperamos lograr este acuerdo para el fin del conflicto, paso a paso le estamos dando una oportunidad a la paz", expresó De la Calle, al término de este ciclo en las conversaciones -que comenzaron hace nueve meses- y el inicio de un receso hasta el 19 de agosto.
la cúpula de las Farc, tras el cierre de este nuevo ciclo de diálogos.
El jefe negociador de la guerrilla, Iván Márquez, también reconoció "avances significativos", pero criticó al presidente Juan Manuel Santos por haber declarado en una entrevista que los militares tienen la orden de "dar de baja" a todo miembro de las Farc, incluido su jefe máximo, Timoleón Jiménez, "Timochenko".
Jesús Santrich, otro de los negociadores de la guerrilla, también dijo ayer que "los avances son ostensibles" en estas negociaciones, pero advirtió que las autoridades deben atender los problemas políticos, económicos y sociales que condujeron al conflicto armado en 1964.