El pasado 20 de julio de 2024 comenzó un nuevo periodo legislativo con los discursos del presidente Gustavo Petro y de los partidos opositores. Es importante que los ciudadanos escuchemos lo que se dice en estos escenarios políticos, ya que cada palabra es relevante para entender el sentido de las actuaciones de aquellos que ocupan lugares importantes en el Estado. La forma en la que se expresan las ideas, los temas que se tocan y los datos que sostienen cada argumento dibujan el momento político por el que atraviesa el país.
Gustavo Petro reconoció su responsabilidad en el hecho de corrupción al interior de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), pidió perdón y asumió el error al nombrar a Olmedo López como director de esta entidad. Dijo que la corrupción está enquistada en la sociedad, lo cual hace que sea un fenómeno difícil de superar. Esto es cierto, pero no justifica que este gobierno haya incurrido en prácticas de ese tipo. El discurso continuó girando sobre tres temas: la economía, la paz y el problema social. En lo económico y en lo social se destacó el manejo fiscal, el control de la inflación, el aumento de la productividad agrícola, la disminución de la pobreza según las últimas cifras de DANE y la mejoría en términos de desigualdad reflejada en el indicador GINI. En lo que tiene que ver con la paz, Petro expresó su preocupación por el retraso en el cumplimiento del Acuerdo de Paz del Teatro Colón y reconoció las dificultades debido a los nuevos ciclos de violencia que se vienen dando en el país. Las ideas del primer mandatario estuvieron centradas en el plano económico; al inicio reiteró que la finalidad de una sociedad era generar riqueza. Riqueza y más riqueza, ese era el sentido de la transición de la matriz productiva que se propone; esto es, pasar del extractivismo a la producción con energías limpias. ¿Acaso no sigue siendo el mismo credo capitalista de siempre? La riqueza significa producir en exceso e irracionalmente. Lo económico en un gobierno alternativo debería estar más relacionada con el cuidado de las personas, es decir, que cada uno pueda tener un lugar en el mundo para ejercer su libertad; esto no tiene nada que ver con la riqueza. Es preocupante que temas como la educación y la cultura no estén en el primer orden de prioridades.
Las intervenciones de la oposición fueron grotescas y, la mayoría de ellas, sin sustento. Sus críticas se centraron en el problema de la seguridad. Se valora la disposición del Presidente para escuchar a los contradictores. Ojalá esto sirva para que el gobierno mejore en lo que le queda de gestión.