En los últimos años han hecho “su agosto” contratistas de otras partes con las obras importantes de la región, entre ellos los Nule, como otras firmas que se han alzado con “el santo y la limosna”, como ocurrió con la vía Isnos – Paletará – Popayán, las consultorías para estudios y diseños del PDA de los municipios del sur, el puente del Paso del Colegio y está por ocurrir lo mismo con el emblemático proyecto de adecuación de tierras, “distrito de riego Tesalia – Paicol” por parte del consorcio Interriego, contratista de la obra y quien tiene dentro de sus empresas a la firma HyH, que ya se declaró en quiebra, y sin duda es el principio del “marchitamiento” de toda la empresa, lo que se evidenció la semana anterior en el foro convocado por los alcaldes de Tesalia y Paicol, al cual asistí ansioso por lo que realmente estaba pasando, porque tenía conocimiento que “olía mal”, y las conclusiones del evento no pudieron ser peores. Una obra por $95.000 millones donde el Departamento aporta $40.000 millones y el resto la Nación, que con la permisiva Interventoría desembolsaron al ejecutor el 65% del valor del contrato cuando tan solo hay un avance de obra cercano al 25%, con plazos vencidos en su ejecución, inestabilidad de los representantes del consorcio en el proyecto, incumplimiento en el pago a los subcontratistas y proveedores, y escaso personal del contratista en la obra, pareciera que estuviéramos presenciando el colapso de una lucha de mucho tiempo, proyecto no solamente de sus usuarios, sino de todo el Huila, que al malograrse estaríamos nuevamente frente a una gran frustración, con un impacto negativo en proyectos del futuro, como nos ocurrió en el pasado naufragando las empresas agroindustriales en una época que buscaron alternativas diferentes a la vocación primaria de la economía de la comarca. Por lo crítico del proyecto y por la importancia del mismo, en la semana que termina le dirigí una solicitud a la doctora Sandra Morelli, contralora General de la República, para que con los instrumentos que tiene a la mano actuara contra el consorcio Interriego, buscando que los recursos del Estado que fueron a parar allí, regresen a éste, y de paso buscar “el milagro” para evitar la hecatombe; igual solicitud quiero hacer por este medio a la doctora Indira Burbano, contralora Departamental, en quien confío por su probidad, para que disponga los mecanismos y poner a buen recaudo los sagrados recursos públicos Departamentales, pues no es de poca monta el aporte regional.