Por: Revista Semana. 

Durante el paso de Francisco por Colombia ocurrieron hechos curiosos, históricos, monumentales y hasta graciosos.

  1. El hijo de Clara Rojas, Emmanuel, que nació en cautiverio cuando la congresista estuvo secuestrada por las Farc, fue el encargado de entregar la primera ofrenda que recibió el sumo pontífice: la escultura de una paloma. “Simbolizaba la liberación que debemos tener todos los colombianos”, explica el niño de 13 años cuando le preguntan por la obra de la artista Ana González Rojas, que fue hecha a mano en porcelana blanca.
  2. Coincidencia o no. El mismo día que el sucesor de Pedro tocó suelo colombiano, cayó en Medellín el Baloto Revancha con un premio de 62.000 millones de pesos. Se trata de uno de los mayores acumulados que ha entregado en su historia este juego de azar. El nuevo multimillonario de la capital antioqueña ganó con los números 08-16-19-35-41 y la Súper Balota número 13.
  3. Gracias a Francisco, Bogotá tendrá un Parque Simón Bolívar iluminado con luces led. De no ser por esta visita, ese regalo se habría tardado muchos años en llegar.
  4. En Villavicencio 2.000 indígenas de las 102 etnias que hay en el país viajaron más de 15 horas para entregarle al papa -en medio de una calle de honor custodiada por la Guardia Indígena- un acta en la que denuncian el despojo histórico de sus territorios ancestrales, la violación sistemática de los derechos de sus pueblos y el detrimento de la madre tierra que el desarrollo trae día a día. Dentro del documento había una interesante petición: agendar una audiencia privada en el Vaticano para tomar medidas al respecto.
  5. Juanes fue uno de los artistas citados por el sumo pontífice durante su visita. “Un compatriota de ustedes lo canta con belleza: ‘los árboles están llorando, son testigos de tantos años de violencia. El mar está marrón, mezcla de sangre con la tierra‘”, dijo. En plena misa, el papa citó una estrofa de Minas Tierras, una canción compuesta por el paisa en 2007 luego de conocer a 35 sobrevivientes de minas antipersonal.
  6. Francisco no dejó de sorprender en su segundo día de visita en Colombia. El jefe del Vaticano también citó a Gabriel García Márquez: es posible “una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra”, dijo. El escritor colombiano, fallecido en 2014, la pronunció originalmente en su discurso de aceptación del Nobel en Estocolmo, en 1982, titulado La Soledad de América Latina.
  7. El papa recurrió por segunda ocasión a García Márquez ante los obispos, al recordar su frase: “No imaginaba que era más fácil empezar una guerra que terminarla”.
  8. En el recibimiento en Medellín el gobernador Luis Pérez le dio una carta al papa en la que abogaba por el futuro de los campesinos de Antioquia y del mundo. “Como gobernador de Antioquia solo elevo una sentida petición: ¡Salvemos al campesino!, al ser humano más vulnerable de Colombia. Los campesinos, que encarnan la sabiduría de la sencillez, están en vía de extinción. Hacer un campesino es muy difícil. Hacer un médico o un ingeniero es muy fácil (…) En Colombia, la clave para construir paz para siempre está en respetar la tierra y dignificar la vida de los campesinos”.
  9. Cuando se despedía de la Nunciatura Francisco salió en su papamóvil, porque así lo decidió la noche anterior como un acto de agradecimiento a los bogotanos. En ese momento, Eugenia Quintero, evadió la seguridad y subió al papamóvil para pedirle la bendición.
  10. A pesar de tener la cara inflamada por el golpe el papa siguió su agenda y visitó la casa de Lorenza, una mujer que ha puesto todo de sí en una olla comunitaria para alimentar a niños pobres. Al salir de allí los periodistas le preguntaron qué fue lo que le ocurrió en su rostro y él con simpatía respondió: “Me di una puñada”.
  11. Más de 4 millones de personas asistieron solo a las cuatro eucaristías que ofreció el sumo pontífice en Bogotá (1.300.000), Villavicencio (650.000), Medellín (1.300.000) y Cartagena (800.000).
  12. Dos días sin muertos fue otra de las huella del paso de Francisco por Bogotá. La capital de la república vivió las 48 horas más tranquilas de los últimos años por cuenta de la visita del santo padre.

Aquí el artículo de la Revista Semana:

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