Con la devaluación del peso colombiano frente al dólar estadounidense unos de los más favorecidos son los exportadores de café del Huila, primer departamento en producción a nivel nacional; sin embargo, esta región no escapa al fenómeno inflacionario y desde la mano de obra, pasando por los insumos, empaquetado y costos de envío al exterior “se han triplicado de precio”.
CATERIN MANCHOLA
Apu Café es una de las empresas más prósperas en Huila, en la producción y exportación de este producto con valor agregado y que además es insignia del departamento. En el marco de la devaluación del peso colombiano frente al dólar estadounidense, concretamente los exportadores son unos de los que más se ven favorecidos, pero no todo es color de rosa, según detalló Catalina Castillo, fundadora de la organización.
El primer lugar, para quien vende en el mercado internacional, la situación actual de un dólar por encima de los $4.800 es bueno porque pueden recibir las divisas y negociarlas a un valor más alto, sin embargo, la logística, en la naviera, también lo cobran en dólares, así que se debe equilibrar.
En medio de la volatilidad del billete verde que se vive por estos días, $50 en la variación del dólar en un negocio con un comprador internacional puede arrojar varios millones de diferencia, que se traducen en ganancia extra o, por el contrario, dejar de percibir, así lo explicó Castillo.
“Si hace tres semanas, por ejemplo, el dólar estaba a $4.500 y hoy está a $4.800 y yo logro cerrar el negocio, o sea logro que mi cliente me pague esta semana, los $300 de diferencia en un caso puntual en un negocio que estamos haciendo se traduciría en $8.000.000 más frente a tres semanas atrás; nuestro negocio no se hace con base a como está hoy el dólar, mantenemos un margen de días anteriores, porque puede bajar en cualquier momento, entonces lo que ganamos en el cambio de la divisa es una ganancia extra”, precisó.
El buen escenario empieza a cambiar en puerto, pues, en lo que respecta a la naviera se cobra en dólares, desde que el café entra y empieza a ser almacenado en los bodegajes para enviar al extranjero la tarifa corre en dólares, no obstante, el envío de mercancías a nivel mundial aún no recupera el ritmo de prepandemia y se siguen presentando retrasos en las rutas, algo que ya los clientes han sabido comprender.
En su caso Castillo comentó que, por citar un hecho reciente, “hace mes y medio sacamos una exportación para Chile y tuvimos que pagar casi 10 días más de bodegaje, fueron casi ocho millones de pesos de más”.
Apu también vende su café especial tostado en grano y molido a nivel nacional, donde el panorama se pone “un poquito más difícil porque todo lo que usamos para distribuir el producto incrementa de precio, los insumos y abonos para la finca, por ejemplo, en la comercialización son los empaques, el transporte, todo sube”.
Lo amargo
Y es que Catalina Castillo además de comercializadora, es también productora del grano, su finca está ubicada en Teruel, donde en medio de los mejores precios internos del grano han visto disminuir la cosecha y en su caso específico la caída es del 40%.
Así mismo, detalló que con la subida del dólar y el fenómeno inflacionario que se vive a nivel internacional, los costos de producción frente al 2020 se han incrementado el tripe. Por citar un producto, el bulto de abono pasó de costar $80.000 a $250.000. “Eso ha sido una cadena, todo subió, incluso, los recolectores de café hace dos años en Teruel cobraban $350 por kilogramo que recolectaban y ahora están cobrando $1.000, todo se ha triplicado. La alimentación…, nosotros damos la comida y esto también está al triple. Ha sido una cosa de locos. A pesar de que el café pergamino seco subió de precio, los costos de producción también. Realmente no es que nos estemos volviendo ricos”.
Apu Café exporta actualmente hacia los Estados Unidos, Chile, Uruguay, Canadá y Alemania. En total han logrado venderles a 12 países.
En Neiva el producto se puede adquirir en lugares como el aeropuerto y el Pasaje Camacho local 10.