Según San Agustín de Hipona (Tagaste, 13 de noviembre de 354 – Hippo Regius, Annaba, Argelia, 28 de agosto de 430), nuestro corazón está inquieto hasta que descansa en el Señor. El filósofo Nietzsche (Röcken, Lützen, Alemania, 15 de octubre de 1844 – Weimar, Alemania, 25 de agosto de 1900), ha dicho que la muerte no nos deja descansar, porque es la pérdida de la esperanza.
Olmedo Polanco
“No me interesa plantar una cruz en el lugar donde le quitaron la vida a mi hijo”, ha dicho sin titubear Rosalba Segura Silva. Es miércoles 14 de agosto y la comunidad se alista para asistir a la última noche del novenario por el eterno descanso del profesor Edgar Eduardo Victoria Segura. Sobre El Agrado (Huila) la luna se muestra en el segundo tramo de su fase gibosa creciente.
Fredy Cerquera es rezandero y le gusta colaborar en los oficios de la parroquia. Ha diseñado el altar en casa de la familia Victoria Segura. En la sala dispuso una mesa cubierta por un mantel en satín de color azul y prensado con alfileres. En los costados del sagrario doméstico hay un par de palmas aún biches. Sobre la mesa están las pertenencias que representan al difunto: un balón autografiado por sus colegas, tizas de colores, marcadores para tablero y la primera camisa con diseño tropical que estrenó en vida. En el extremo izquierdo del lugar sagrado, una pañoleta en forma triangular, representativa del Consejo Regional Indígena del Cauca. Complementan la arquitectura religiosa: un florero con crisantemos y rosas blancas; y dos fotografías de retrato de Edgar Eduardo. En la parte superior, la cinta con sus nombres y apellidos: Edgar Eduardo Victoria Segura, en mayúsculas sostenidas y en letras doradas. Un Cristo crucificado está en lo más alto del diseño religioso.
Adriano Gutiérrez Poche, rector de la Institución Educativa Empresarial ‘Monte Cruz’ (Vitoncó – Cauca), me ha contado sobre las características de la prenda que usan algunas personas de la comunidad páez. “Hace parte de los atuendos de la guardia indígena y de los integrantes del cabildo. Decora los bastones de autoridad o simplemente la portan como distintivo”. El color verde de la pañoleta representa la majestuosidad de las montañas; el rojo, simboliza la sangre derramada por los ancestros que fueron líderes comunitarios y condujeron a la población indígena en sus luchas por la sobrevivencia frente a los actores violentos. “Además, en sus luchas históricas por la recuperación de sus tierras ancestrales”, me ha referido el profesor Adriano.
El historiador y seminarista Alberto Carlos Rebollo Zarza, vive en Santiago de Tolú (Departamento de Sucre). Allí también se escuchan los cacareos de gallos y gallinas en los patios de su barrio ‘Calle nueva’. Tolú es un municipio turístico sobre el Golfo de Morrosquillo, en la costa Caribe colombiana. Los visitantes acuden al territorio para sumergirse en sus aguas tranquilas y poco profundas.
A propósito de la semiótica expuesta en el santuario, Alberto Carlos me ha explicado que “Los elementos que componen el altar son altamente simbólicos. La simbología está presente en las manifestaciones culturales del ser humano”. Y complementa: “Cuando estamos vivos seguimos símbolos, cuando morimos los símbolos nos siguen para seguir existiendo entre familiares y amigos”.
El Agrado, Tolú y Córdoba
Por cierto, muy cerca de Santiago de Tolú, en Montería (Departamento de Córdoba), está Jonathan Polanco Botello, hijo del profesor Edgar Polanco Ramírez, asesinado el 7 de mayo de 1996. Estaba sindicalizado en la Asociación de Institutores del Huila y era activista de derechos humanos.
A Tolú y la capital del departamento de Córdoba los integra una vía carreteable de 120 kilómetros que pasa por Cereté y Lorica. El espacio se recorre en poco menos de dos horas.
Por estos días, Leonor Botello de Polanco, está de visita en casa de su hijo Jonathan. Ella perdió a su cónyuge en jurisdicción del municipio de Garzón (Huila). Crio y educó a sus 6 hijos huérfanos: Sandra, Edwin, Paola, Jonathan, Erika y Ana Stefany.
El profesor Edgar Polanco Ramírez había nacido en Gigante (Huila), el 18 de abril de 1951. Estudió Lingüística y Literatura en la Universidad Surcolombiana en Neiva. Se desempeñaba como docente de Español en el Colegio Cooperativo La Merced, en el municipio de El Agrado (Huila).
“Me da mucha nostalgia recordar y contar la muerte violenta de papá”, me advierte Jonathan.
Otra cruz para no olvidar
En el sector de El Balseadero, a pocos kilómetros del municipio de Garzón (Huila), una gruta sobrevive al paso del tiempo para recordar que allí fue asesinado Edgar Polanco Ramírez, docente en el Colegio Cooperativo ‘La Merced’, en El Agrado (Huila).
“A mi papá lo conocían como el médico de los pobres”, me ha dicho Jonathan desde Montería. Tenía un vademecum como fuente documental de conocimientos farmacéuticos. “Yo tenía 14 años de edad y era su estudiante en el Colegio”, rememora. “Andábamos siempre juntos para arriba y para abajo. Habíamos quedado en que lo acompañaría a revelar en un laboratorio de Garzón los rollos fotográficos que había tomado con una cámara Pentax K1000”. Sin embargo, no fue así. Aunque Jonathan lo esperó a la salida del centro educativo, según lo acordado, su papá advirtió: “Es mejor que te quedes acompañando a tu madre”. Tenían la tienda ‘Leo’, que vendía detalles y fotocopias en el marco de la plaza.
El maestro conducía una motocicleta DT 100, modelo 1988, de colores rojo y negro. Esa noche no regresó a casa. Después de las 8 de la noche, la comunidad se organizó en grupos de búsqueda y salieron a seguir el rastro del maestro por los lados de La Cañada y La Escalereta. No había noche de luna llena que iluminara el territorio. No lo encontraron.
Continuaron las labores de búsqueda desde las tres de la madrugada del día 7 de mayo. “Recuerdo que salimos en el carro de don Celiano Amaya. Llegando a Garzón hallamos su cuerpo baleado. Le habían disparado por la espalda y el proyectil le atravesó el corazón”. Alcanzó a recorrer 25 kilómetros por una carretera sin pavimentar. Días después continuaron los ataques contra los maestros del Huila. La violencia acabó con la vida del profesor Libardo Cuéllar. También laboraba como docente de matemáticas en el Colegio La Merced en El Agrado y era fotógrafo.
La religiosidad popular
“La iglesia católica no instituye los novenarios; instituye las octavas. En el imaginario popular de América Latina se reza durante nueve noches para acompañar al difunto hacia la presencia de Dios”, comenta el seminarista Alberto Carlos Rebollo Zarza.
Monseñor Amaury Medina Blanco, nació en Palo Alto, corregimiento de San Onofre, Sucre, y es diplomático de la Santa Sede en Austria. A Su Excelencia le encanta investigar y escribir sobre las culturas afrodescendientes. Según el religioso, el último día del novenario, en las culturas afrodescendientes del Caribe colombiano, el rezandero se ocupa de coordinar el desmonte del altar. “Apaga la última vela simbolizando el adiós definitivo al alma del ser querido”.
Según el editorial del Diario LA NACIÓN, en Pitalito (Huila) la comunidad soporta uno de los periodos de violencia más crudos de los años recientes. En los últimos siete meses del año que avanza, ha habido 42 homicidios, de los cuales seis ocurrieron el fin de semana inmediatamente anterior. Los asesinatos en Pitalito se han incrementado en el 60% con relación al mismo periodo de tiempo del año 2023. (LA NACIÓN. Editorial. Los homicidios en Pitalito. Viernes 16 de agosto de 2024. Página 10).
Docentes y estudiantes de tres cursos del grado once en la Institución Educativa Nacional discutieron a mitad de semana en torno al vitalismo de Nietzsche y su afirmación de la voluntad y la vida. Abordaron el tema de la muerte trágica del profesor Edgar Eduardo Victoria Segura. “A los colombianos nos sobra indiferencia y somos insensibles frente al fenómeno de las violencias”. Es el imaginario de los estudiantes, según me cuenta desde Laboyos, Willyam Fabio Muñoz Millán, profesor de Filosofía.
En los solares del barrio Chimbayaco, se turnan para cantar los gallos finos. En el jardín de Rosalba Segura Silva, en El Agrado (Huila), ha sobrevivido la orquídea sembrada en fase de luna llena y que no se marchitó al lado del cuerpo inerme de su hijo Edgar Eduardo. No obstante, la cultura popular y el Almanaque de Bristol, aseguran que la fase de cuarto creciente constituye el tiempo propicio para cultivar los territorios arenosos, limpiar las hojas, podar, abonar y plantar.
En gesto solidario, las maestras y los maestros de la institución educativa en el resguardo de Vitoncó, en Páez (Cauca), llegaron a casa de Rosalba al mediodía de ayer viernes, sin anuncio previo. “No olvidamos al profesor asesinado”. Adriano Gutiérrez Poche, insiste en que “Las autoridades civiles y ancestrales no deben descansar hasta que se aclaren los hechos que apagaron la vida al profesor Edgar Eduardo Victoria Segura”. “Que todo siga así es la catástrofe”, ha dejado escrito Walter Benjamín, pensador alemán (Berlín – Alemania, 15 de julio de 1892 – Port Bou, España, 26 de septiembre de 1940).
