Escrito por: David Andrés Sánchez Bogotá – Jefe de Crédito y Cartera Universidad del Rosario
Muchos pensarán que con el titular de esta columna se hace referencia al famoso escándalo que sacudió al Ministerio de le TIC´s como consecuencia del desfalco por $70 mil millones con ocasión del proyecto de los centros poblados que pretendía proveer del servicio de internet a municipios y zonas del país que aún se encuentran sin la cobertura necesaria. La realidad es que esta columna se refiere a los recursos desembolsados a Servicios Postales Nacionales (4-72) con ocasión de “aliviar” el fracaso financiero que viene enfrentando durante los últimos cinco años y que han afectado profundamente su liquidez y viabilidad.
Cómo se había mencionado en la columna anterior en referencia a la situación financiera del Operador Postal Oficial, con el contexto de la capitalización por $70 mil millones aprobados al fin del tercer trimestre del año, se había indicado en su momento que estos recursos serían insuficientes. Hoy esta hipótesis no ha cambiado, pues su capital de trabajo aun presenta un déficit que supera los $7 mil millones, como consecuencia de sus más de $151 mil millones en pasivos.
En términos de resultados, si bien es cierto la pérdida ha disminuido de acuerdo con el resultado de octubre de 2023 frente a 2022, pues se ha pasado de perder $64 mil millones en el año anterior a $32 mil millones en el periodo en curso. A pesar de esto, no se avizora un cambio sustancial hacia la competitividad, pues los $70 mil millones desembolsados han sido un pañito de agua tibia que han prolongado una agonía que parece no ver la senda de la recuperación de una manera temprana. Dejar de perder o pagar algunas deudas parecen ser las únicas victorias de una compañía que tiempo atrás se soñaba estuviera a la altura de los Operadores del mundo, hoy prevalece la lucha por la supervivencia.
Aun no se lleva a cabo el viraje para tomar el camino correcto, tal es, que aunque inyectarán nuevamente $70 mil millones a la compañía, estos seguirían siendo insuficientes para garantizar la sostenibilidad de largo plazo, pues mientras no se corrija de fondo el modelo de negocio y de operación, se realicen las inversiones reales en transformación digital, se cuente con el capital humano capacitado y acorde a las necesidades del mercado más no con las parafernalias políticas, seguirá siendo inviable.
El Estado no puede seguir perdiendo recursos, si bien es cierto este no tiene ánimo de lucro, no debe destruir valor a través de manejos ineficientes de sus empresas, por lo que para 4-72 se debe retomar y considerar desde todos los puntos de vista técnicos, la consecución de un aliado estratégico nacional o internacional que transmita las mejores prácticas operacionales, de capital humano y tecnológico que le permita a la empresa garantizar la estabilidad.
Los $70 mil millones apagaron unas llamas, pero el incendio de 4-72 continua, y si se siguen esperando a que el “gobierno del cambio” actúe por sí sólo seguramente sólo encontrarán cenizas de lo que otrora fue una de las empresas que proyectaban ser líder y referente en innovación postal.
