Cada vez son más y contundentes las voces de rechazo a la decisión del Gobierno de Gustavo Petro de graduar como gestores de paz a 17 exparamilitares o antiguos jefes de las Autodefensas Unidas de Colombia, Auc, algunos de los cuales siguen presos en cárceles de Colombia y Estados Unidos.
Como se sabe, los excomandantes beneficiados son: Carlos Mario Jiménez, ‘Macaco’; Diego Fernando Murillo Bejarano, ‘Don Berna’; Hernán Giraldo, ‘Taladro’; Heberth Veloza García, ‘HH’; Rodrigo Tovar Pupo, ‘Jorge 40’; Rodrigo Pérez Alzate, ‘Julián Bolívar’; Luis Eduardo Cifuentes Galindo, ‘El Águila’; Manuel de Jesús Pirabán, ‘Pirata’; Juan Francisco Prada Márquez, ‘Juancho Prada’; José Baldomero Linares, ‘Guillermo Torres’; Freddy Rendón Herrera, ‘El Alemán’; Edward Cobos Téllez, ‘Diego Vecino’; Héctor Germán Buitrago, ‘Martín Llanos’; Ramón Isaza, ‘El Viejo’; Arnubio Triana Mahecha, ‘Botalón’; Ramiro Vanoy, ‘Cuco Vanoy’; Héctor Buitrago Rodríguez, ‘El Patrón’; y Salvatore Mancuso.
Con la designación como gestores de paz, el Gobierno Petro les ha abierto a estos excomandantes paramilitares la puerta para que reciban beneficios judiciales mientras hagan parte de la que sería la mesa número 10 de diálogos bajo la denominada política de ‘Paz Total’. Y esta llama la atención porque sería la primera mesa de conversaciones con un grupo ilegalmente armado ya inexistente.
Dentro de la ola de reacciones de rechazo, lo que más ha generado indignación es que en la lista de beneficiados se encuentre alias ‘Taladro’, señalado de haber abusado de al menos 800 niñas entre los 11 y 17 años en el norte del país. También es acusado de planear el ingreso de menores de edad a la cárcel La Modelo de Barranquilla para encuentros sexuales cuando estaba recluido allí.
Hay muchas dudas en torno a lo que busca Petro y su Gobierno nombrando a sujetos con semejantes prontuarios delictivos como gestores de paz. Además de enviar un mal mensaje al país y a las víctimas, el Ejecutivo reta así a la administración de justicia, ya que es claro que varios de estos antiguos paramilitares han incumplido sus compromisos de verdad, justicia y reparación durante las últimas dos décadas.