Propio del enrevesado mundo jurídico nacional es el resultado de la anulación de la elección de la s fiscal General de la Nación, Viviane Morales Hoyos Propio del enrevesado mundo jurídico nacional es el resultado de la anulación de la elección de la s fiscal General de la Nación, Viviane Morales Hoyos, declarada por el Consejo de Estado en una dividida votación. Como si no hubiese bastado con el tedioso, dilatado y polémico proceso con el cual la Corte Suprema de Justicia terminó eligiendo a la abogada y ex congresista, ahora el otro tribunal consideró que esa determinación no fue ajustada a Derecho pese a que se tomaron 16 meses para designar a quien remplazaría al anterior Fiscal titular, Mario Iguarán Arana. Se va la Fiscal General por una situación en la que ella nada tuvo que ver, cuando había definido una ruta para enfrentar los grandes problemas emblemáticos de la justicia y cuyo talante había demostrado con creces en el corto tiempo que llevaba al frente del ente acusador. La decisión, sin antecedentes en el país, sorprendió al país. Y en este proceso, la Corte Suprema de Justicia tiene la principal responsabilidad, dejando ver toda la desnudez de sus conflictos internos, de los intereses políticos que se mueven en el poder judicial. Un país que se ha preciado desde las épocas de La Independencia de la enorme capacidad de sus mejores juristas, del apego notable a las formas y de la estabilidad de sus instituciones democráticas, pese a los incontables conflictos que han asolado su territorio, terminó dando un deplorable espectáculo de pugnacidad entre sus más altos dignatarios que sólo podría tener un resultado como el que ayer divulgó el Consejo de Estado en su Sala Plena. Más allá de los resultados de la gestión de la doctora Morales Hoyos, que los tiene para mostrar y buenos, o de su controvertida relación sentimental con el ex congresista Carlos Alonso Lucio, queda la Nación de nuevo sumida en la incertidumbre y el desajuste de una de sus principales instancias jurídicas, tan necesaria para la lucha contra el crimen común y organizado. Menos de año y medio después de que habíamos quedado en que la marcha de la Fiscalía volvía a su cauce normal y la dirección encaminada al cumplimiento de sus fines de máximo órgano de investigación penal. Volverá ahora la pelota, en primer lugar al Presidente de la República para la conformación de la nueva terna y en segundo a la misma Corte Suprema de Justicia, a la que el país no le perdonaría una mínima dilación en la resolución del nombre del nuevo o nueva titular de la Fiscalía. Tienen los señores magistrados la inmejorable oportunidad de dar muestras de sensatez, seriedad y sentido de responsabilidad con el país y decidir, en el menor tiempo posible, esta interinidad. Están en deuda. DESTACADO “Se va la Fiscal General por una situación en la que ella nada tuvo que ver, cuando había definido una ruta para enfrentar los grandes problemas emblemáticos de la justicia y cuyo talante había demostrado con creces en el corto tiempo que llevaba al frente del ente acusador”. Editorialito Demostradas están las inconsistencias registradas en la actualización catastral, que disparó exagerados incrementos en el impuesto predial. Los gremios han expresado su preocupación pero los responsables del estudio no parecen inmutarse. La revisión del estudio, no debe dilatarse más.