Editorial – ¿Fin a las filas?

Con toda la pompa y grandes expectativas comenzó a funcionar la Administradora Colombiana de Pensiones (Colpensiones) que remplaza al vilipendiado Con toda la pompa y grandes expectativas comenzó a funcionar la Administradora Colombiana de Pensiones (Colpensiones) que remplaza al vilipendiado, Seguro Social en su sector de manejo de las pensiones públicas de los colombianos, es decir aquellas que se pagan con una parte de los aportes de sus afiliados y con una gran parte de los impuestos de todos los ciudadanos. Según Colpensiones, ahora sí cuenta con las herramientas necesarias para administrar profesionalmente los recursos de los afiliados y pensionados, y que su finalidad es ayudar a los colombianos a construir responsablemente su futuro y sus planes de jubilación. ¿Cuánto de ello se cumplirá de veras, qué porcentaje alto de los jubilados o aquellos en trance de serlo nos dirán mañana que están satisfechos de los nuevos servicios, que los han atendido como se debe atender a un ser humano, que no atiborrarán más los juzgados con sus miles y hasta millones de acciones de tutela, que se resolverán con prontitud sus peticiones, que se acabarán las interminables filas y que los viejitos dejarán de morir en esas columnas a la espera de sus mesadas? Por supuesto que habrá que entender que Colpensiones recibe una onerosa, pesada y gigantesca carga de obligaciones que durante tantos años el Seguro Social no pudo, no fue capaz o no tuvo las herramientas necesarias para enfrentar como debía, pero lo que no debe pasar en ningún caso es que se trate sólo de un cambio cosmético, de nombre y de oficinas más bonitas y de anuncios rimbombantes y de publicidad a tutiplén, en tanto se conservan todos los males de la vieja entidad. La naciente entidad se encargará de administrar el régimen de prima media, que no se acabará. De entrada, recibe un millón de pensionados y seis millones y medio de afiliados que atendía el ISS en proceso de liquidación, con todas las dificultades y complicaciones. No en vano, las oficinas que entraron en operación, en el caso de Neiva, se han visto atiborradas de afiliados buscando que le agilicen los trámites. Hasta ahora está funcionando. El mayor reto de Colpensiones será la credibilidad. Ganarse la confianza de los afiliados es su gran desafío. Confiamos en lo que nos ha dicho el presidente de la naciente corporación estatal, Pedro Nel Ospina Santamaría, afirmando que con la entrada en operaciones de la nueva entidad se agilizará el proceso para que un trabajador pueda empezar a gozar su pensión, y que harán la diferencia brindando un mejor servicio y una atención oportuna a los requerimientos de la ciudadanía. Bienvenidos los cambios, la migración a estos modelos que, presumimos, están antecedidos de estudios y procedimientos del más alto nivel técnico y profesional, para bien de millones de colombianos que tienen el derecho de jubilarse. Pero además, para aquellos, que teniendo el reconocimiento, llevan meses esperando de rodillas que le lleguen sus mesadas. Y desde luego, que abre expectativas para aquellos que no han podido acceder a una pensión que les garantice por lo menos estabilidad en sus épocas doradas.