Editorial – Pobre ayuda

Luego de sucesivos debates en el Congreso de la República, en buena hora liderados por los parlamentarios huilenses Luego de sucesivos debates en el Congreso de la República, en buena hora liderados por los parlamentarios huilenses, de marchas y protestas, el Gobierno Nacional y la Federación Nacional de Cafeteros se manifestaron finalmente con un paquete de ayudas a los caficultores. Pero fue más el tilín tilín que las paletas: la espera parece haber sido infructuosa, los campesinos han quedado más frustrados y preocupados que contentos y conformes, y lo se deja ver en el horizonte del grano, en vez de unión y consenso, son asomos de división en el gremio cafetero. Sólo considérese que los cinco Comités de Cafeteros más fuertes: Huila, Antioquia, Tolima, Caldas y Valle, que en su conjunto representan el 60,8% de la producción nacional, ya expresaron su desacuerdo con lo que el Gobierno considera que es un salvavidas. Lo que se ve a las claras es que es muy poco e insuficiente frente a la grave crisis del sector, que muchos consideran la peor en 36 años. No es necesario ser un experto para señalar que un auxilio directo al precio de $20.000 por carga de 125 kilos, pero cuando esté por debajo de los $650.000, que es el rango en que se estiman los costos de producción, no ayuda para casi nada. Téngase en cuenta que el grueso de los cafeteros colombianos es minifundista, así que produce muy poco como para que la suma de $20.000 por carga le vaya a resultar un gran apoyo. La cotización promedio de carga en las principales plazas cafeteras está en $568.800, lo que indica que aún con ese pequeño subsidio, están produciendo perdiendo por lo menos $60.000 por carga en el escenario más optimista. Como lo ha dicho el representante del Huila en el Comité Nacional de Cafeteros, Fernando Castro, la expectativa era mucho mayor a la ayuda que finalmente ha anunciado el Gobierno, y que se había planteado un precio de sustentación sobre $650.000 por carga, sobre todo si la tendencia en la cotización es a la baja. Las cifras son contundentes: los cafeteros esperaban una ayuda global de unos $140.000 millones, pero apenas llegarán a $28.000 millones que no logran remediar las angustias de los productores. Y los amagos de división sí que florecen como un buen cafetal: pese a que los cinco comités departamentales más fuertes, que hacen la mayoría en la Federación, se han opuesto, la Federación emitió un comunicado apoyando y alabando la medida, como si fuera el consenso de la caficultura. Grave cosa sería que en medio de esta verdadera tragedia económica y social para cerca de 600 mil familias colombianas, más de 70.000 de ellas en el Huila, se sumara un quiebre de unidad en la dirigencia cafetera nacional.