Editorial – Tierra y soberanía

Con un trasfondo de dura pugna con el Gobierno Nacional, en cabeza del ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo Con un trasfondo de dura pugna con el Gobierno Nacional, en cabeza del ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, hoy será un día crucial para el proyecto de reforma constitucional que pretende limitar el acceso a la propiedad de la tierra por parte de personas jurídicas y naturales extranjeras, presentado por el senador Hernán Andrade, con el fin fundamental de proteger la tierra en manos colombianas como recurso estratégico natural, y preservar la seguridad alimentaria presente y futura de todos los nacionales. Si bien estuvo a punto de hundirse la semana pasada, el proyecto ha recibido respaldo de distintos sectores que podrían darle el impulso necesario para avanzar en el segundo de ocho debates que debe superar, o caer bajo el influjo de una oposición cerrada del Ejecutivo y de un intenso lobby de los grandes capitales que sienten que se les afectan sus intereses. La revolucionaria iniciativa, respaldada curiosamente tanto por la bancada del Partido Conservador como por el Polo Democrático, ha recibido una fuerte presión del Gobierno, que alega que es un proyecto que espanta la inversión extranjera y pone en aprietos jurídicos a grandes multinacionales que están en proceso de comenzar enormes proyectos agroindustriales. A su vez, el senador Andrade señala que es una reforma con claros motivos de utilidad pública, en aras además de salvaguardar la soberanía nacional. Y no debería ser secreto para nadie, y menos para el Gobierno, que ya hay grandes extensiones de tierra que forman parte de los ríos que nacen en el Macizo Colombiano, que han sido o están en proceso de ser compradas apresuradamente por extranjeros. ¿Que se espanta la inversión externa? Seguramente sí de aquellos que pretenden concentrar enormes franjas en zonas como las mencionadas, y otras como los Llanos, la Orinoquía y la Amazonía, históricamente desdeñadas para la producción. Lo que debe señalarse es que no es ese el tipo de inversión foránea que requiere el país, puesto que se trata de proyectos de baja mano de obra, además de que el grueso de las ganancias de quienes ponen sus firmas en Colombia salen raudas hacia paraísos fiscales. Resultado: buenos negocios con pírricos negocios para el país. Por ello extraña sobremanera la actitud casi camorrera que mostró el fin de semana el ministro Restrepo, incluso atacando con palabras descomedidas al senador Andrade y demás impulsores de esa idea. El hecho de que hoy no haya masiva compra de tierras, como sí ocurre ya en África a manos de chinos y árabes, no significa que no puedan llegar acá con sus enormes capitales. De lo que se trata, entonces, es de tomar medidas de precaución para privilegiar la tierra en manos de colombianos. Lo que señala el ministro Restrepo es contradictorio: si el proyecto no es necesario porque no hay grandes compras de tierras por extranjeros, ¿porqué alegar que se afecta una inversión que nadie o pocos están haciendo? Una apuesta, la del senador Andrade, que toca fibras sensibles de quienes propugnan por el capital y el mercado a todo costo. Destacado “De lo que se trata, entonces, es de tomar medidas de precaución para privilegiar la tierra en manos de colombianos”. Editorialito La Agencia Cultural del Banco de la República presentará hoy en Neiva otro concierto de talla internacional. Esta vez la  Orquesta Filarmónica de Viena estará en escena con un espectacular función de gala en el teatro Pigoanza. Y gratis.