Educación superior sin rumbo

En época de campaña suenan bonito las promesas; disparates y otras estrategias son usados por los políticos para aumentar sus adeptos. Sobre el debate, los temas que rodean la política de educación ha sido blanco de la discusión en distintos escenarios, promoviendo e instigando principalmente a jóvenes con paradigmas de un bienestar común que está lejos de la realidad colombiana, desconociendo lo fundamental.

Con la profundización de la crisis del Covid-19 se hizo notoria la fragilidad en acceso y permanencia a la educación superior en todas sus dimensiones, sobre todo, en aquellos que se encontraban cursando sus estudios en instituciones privadas, pues encontrar financiación sí que fue algo complejo para ellos. Como secuela, sectores afines al Gobierno apalancaron su fuerza política motivando a jóvenes a movilizarse por diferentes causas entre las que estaban la educación y su financiación, emanando un particular sabor a desprestigio del Icetex.

Con la habitual proclama que todo lo regalado suena más bonito, se llenó de falsas expectativas a los jóvenes frente a condonaciones de deudas con Icetex, matrículas gratis, acceso universal, fomento a la innovación y la tecnología, incluso, se mencionaba a las universidades públicas como únicas legitimas para prestar servicios educativos con fondos exclusivos del Gobierno, que suponía marchitar totalmente programas como Generación E.

Del dicho al hecho, con el sector educación, no ha pasado nada significativo desde agosto de 2022. Lo único que se ha generado es el aporte de las IES privadas al Icetex para mitigar el impacto de las tasas de intereses de los créditos. Un esfuerzo privado es lo que hoy puede servir como vitrina. La infraestructura pública en materia de educación superior aun no presenta un plan de inversión significativo, y mucho menos, una ejecución que pueda anticiparse a grandes cambios para la oferta de los jóvenes. Lo que resulta aún más controversial, son los recortes de recursos pare este sector que suena a algo más de lo mismo, promesas incumplidas.

En el afán de marchitar lo privado, se ha dejado fenecer al Icetex, como una entidad que impulsa y colabora para acceder a una oferta diversificada y complementaria de las IES privadas. No se tiene claridad de la sostenibilidad de la entidad, lo cual deja en vilo los sueños de miles de estudiantes que con esfuerzos sueñan con culminar sus estudios en determinados establecimientos. Es hora de despolitizar la educación en todas sus dimensiones y enfocarse en lo fundamental para lograr verdaderos grandes cambios.

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