La escritura científica es la tierra del pensamiento lógico o analítico de donde están expulsados para siempre lo fugaz y lo impreciso. Es el templo donde se venera la búsqueda de la verdad, el cosmos de la formulación de problemas, el de los métodos de investigación, los marcos teóricos, los abstracts, los glosarios, y las figuras y las fórmulas intimidantes; el de la exactitud, tan característica del universo cartesiano de la precisión.
Al escritor de textos científicos se le conmina a ceñirse a una semántica signada por la ausencia de polisemia. A lo sumo se admiten términos inscritos dentro de la llamada sinonimia perfecta, por ejemplo, “lenguas romances”, “lenguas vulgares”, “lenguas neolatinas”.
En esta columna, por petición de varios profesores universitarios, nos referiremos al artículo científico, ejemplificado con un formato correspondiente a una investigación de diseño experimental.
En él los descubrimientos más importantes están al comienzo del mismo. La intención buscada por su autor es presentar esos descubrimientos y persuadir al lector con su interpretación de los datos. Los artículos científicos están divididos en secciones, cada una de las cuales con un propósito específico. Son: el Título, el Abstract, la Introducción, Materiales y Métodos, Resultados, Discusión y Referencias.
Un título bien escogido proporciona información acerca de la investigación. Los nombres de los colaboradores científicos van después del título. Por convención se coloca primero el de aquel que realizó la mayor parte del trabajo descrito en el artículo, mientras que el último corresponde, en general, a un científico de mayor rango que consiguió fondos para el proyecto de investigación, o dirige el laboratorio donde este se ejecutó.
El Abstract resume la pregunta general, los métodos experimentales, los descubrimientos fundamentales y las implicaciones del experimento. Por lo general su extensión es no mayor a 200 palabras. Un Abstract bien escrito incluye “palabras de búsqueda”, pues el rastreo de bases de datos es una de las maneras más importantes utilizadas por los investigadores para encontrar artículos de interés.
En la Introducción se halla la pregunta experimental central y la información de fondo importante. Aquí se cita también el conocimiento científico relevante y probado, y después se lo cataloga en la sección Referencias al final del artículo. Las introducciones tienen como objetivo hacer que el lector comprenda las hipótesis de los autores y los medios para probarlas.
En Materiales y Métodos se consignan todos los procedimientos y reacciones de los experimentos de forma detallada, con el fin de hacer posible que otro investigador pueda reproducir los resultados. Esta sección debe ser muy precisa y prolija si los descubrimientos han de ser validados y después extendidos por otros.
En Resultados se presentan los datos para ofrecer a otros científicos una oportunidad para evaluar sus méritos. Al texto se le adicionan aquí ilustraciones, usando figuras y tablas. Las figuras se utilizan para facilitar la interpretación de los datos y se acompañan de explicaciones llamadas “leyendas”.
En la sección denominada Discusión los autores pueden presentar un modelo o idea que consideren apropiado para sus datos. Van también aquí las fortalezas e importancia de estos. En algunos artículos se unen Resultados y Discusión en una sola sección, pero cuando están separadas el lector distingue con facilidad la recolección de datos de la interpretación de los autores.
Por último, en Referencias se enlistan los libros, documentos, material visual, audiovisual o de cualquier otra índole en los cuales se basó el grupo investigador. Algunas revistas piden que las referencias estén catalogadas de manera alfabética, mientras que otras exigen que lo estén por orden de aparición en el texto.
Algunas recomendaciones generales sobre la escritura de artículos científicos son estas: 1. Ir escribiendo el artículo a medida que se adelanta la investigación. 2. Utilizar el lenguaje más claro y preciso posible. De ser necesario el investigador puede añadir a su texto un glosario en el cual defina con exactitud el sentido en que utiliza palabras claves de su trabajo. 3. Antes de publicar, hacer una permanente revisión personal del texto. 4. Someter el artículo a lo que las revistas más importantes llaman la revisión de colegas, proceso a través del cual otros científicos juzgan el valor y la credibilidad de la investigación antes de que esta aparezca impresa.