Dos hombres en una moto frenaron al seco al lado de él, el parrillero se bajó de la moto y lanzó su mano cerca de la oreja de Fabián para arrebatarle el celular. Él del susto giró y arrancó a correr y el ladrón con un cuchillo lo siguió y lo hirió en la parte del cuello. Él todo herido, botando mucha sangre, siguió corriendo hacia la venta de hamburguesas para pedir auxilio…Cuando lo volví a ver que ya estaba siendo remitido al Hospital Universitario, estaba frío, no hablaba, no abría los ojos, estaba muy mal”. El impactante relato es de Estefanía Lozano, la pareja sentimental de Fabián Yesid Rojas Cedeño, el vendedor de pescado de 34 años de edad que esta semana fue asesinado por delincuentes en el barrio Canaima, en el sur de Neiva.
Más allá de lo desgarrador, el testimonio de Estefanía muestra el drama que encierra un hecho de inseguridad, que en este caso le ha quitado la vida a un hombre trabajador, oriundo del municipio de Yaguará y padre de dos menores de edad.
Lamentablemente, el crimen del señor Rojas Cedeño no es un hecho aislado. Se trata de un episodio que muestra cómo la inseguridad golpea de manera diaria a los neivanos. Los homicidios, los atracos a mano armada, los robos de motocicletas de manera violenta, el microtráfico de drogas, los ‘apartamentazos’ y otros delitos tienen con los pelos de punta a la ciudadanía.
Si bien la Policía Metropolitana de Neiva hace sus mayores esfuerzos –ahora hay presencia de uniformados en puntos y horas clave–, pareciera que los delincuentes fueran más poderosos.
En el caso de este vendedor de pescado asesinado, lo mínimo que deben hacer la Policía y la Fiscalía es dar lo más pronto posible con los responsables del crimen y capturarlos.
Vale la pena indicar que hay otros hechos de inseguridad que han ocurrido en los últimos meses en Neiva y las autoridades están en mora de dar resultados.